A sus dieciséis años, Franz era el sostenedor de su familia y se encontraba en París en compañía de su madre intentando hacer una carrera como pianista y compositor. Por el momento, el ingreso principal provenía de las clases de piano ofrecidas a niñas de la alta burguesía y aristocracia parisiense. Con Carolyne, un año menor que él, hizo buenas migas y algo más que eso.
| Carolyne de Saint-Cricq (1812 - 1872) |
El conde tomó esto como un delirio de moribunda y luego del entierro, las clases fueron suspendidas. Pero al poco tiempo se retomaron pues el entusiasmo por aprender una pieza nueva sumado a la atención que debía prestar a las comedidas indicaciones de Franz, llenaban la vida de la pequeña y doliente Carolyne.
Poco a poco, Franz decidió extender el horario de las clases hasta bien tarde. Terminada la sesión, muchas veces los pilló la medianoche conversando sobre música, poesía o religión. El padre debió intervenir nuevamente y de manera definitiva. Encaró al profesor niño y le dijo sin ambages que la relación sentimental que a esa altura ya saltaba a la vista no tenía futuro porque un pobre chico que se ganaba la vida dando clases de piano no era precisamente el pretendiente que él tenía planeado para desposar a su hija.
La depresión resultante le duró a Liszt dos años. Pensó abandonar la música y solicitar su admisión en el seminario de París, pero su madre y un tutor espiritual lo convencieron de lo contrario luego de extensas y meditadas pláticas. Durante esos dos años, Franz no dejó de asistir, todos los días, a la iglesia San Vicente de Paul, donde permanecía en silencio por largas horas, rezando.
Sueños de amor
En 1850, Liszt publicó un conjunto de tres nocturnos, que subtituló "Sueños de amor". De ese conjunto, la pieza que ha sobrevivido en el tiempo es el Nocturno N° 3, popularmente conocido como el Sueño de amor de Liszt, relegando los otros dos al olvido. La pieza, ideal para acompañar un temprano dolor, como el de Carolyne y Franz, tiene tres secciones, separadas por breves fragmentos de alto nivel técnico. La sección media es la más agitada y donde el nivel de tensión es más elevado y exigente. La última sección, más tranquila, es un perfecto reflejo del piano romántico de mediados del siglo XIX.
La versión es del pianista ruso Evgeny Kissin.
Versión para cello y piano
La cellista Seeli Tolvio tiene la suerte de tener un hermano pianista, Kalle. Forman hoy un dúo, que a la cellista le ha venido como anillo al dedo, pues ha aumentado su repertorio con melodías cantabiles en las que el cello se luce, precisamente, cantando. En este correcto arreglo para cello y piano, Seeli canta cómodamente donde se precisa mientras Kalle se encarga de los trozos virtuosísticos.
Amigo visitante:



Qué interpretación más sentida la de Khatia, Dagui. On dirait que la tomó el espítitu de Carolyne.. verdad? Besis..
ResponderEliminarAnda tú a saber. Es muy posible. Gracias por dejar tu comentario aquí, Quequi.
EliminarGracias...
ResponderEliminarSublime la versión de este Sueño de amor...en cello. Gracias!!!
ResponderEliminarGracias a ti por el comentario.
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