Así Habló Zaratustra es uno de los siete poemas sinfónicos compuestos por el músico nacido en Munich en 1864, Richard Strauss. Escrito entre los años 1895-1896, es el más libre y fantástico, y según algunos, el más elaborado y difícil, debido tal vez a su asociación con la compleja obra homónima del filósofo Friedrich Nietzsche, sobre la cual está basado, libremente.
Apoyo "programático"
Luego de su estreno en Frankfurt bajo la conducción del autor, surgió un acalorado debate que, sin embargo, obedeció menos a la música que al complicado programa que Strauss elaboró como apoyo a la comprensión de una obra de carácter programático; en este caso, una música creada bajo la sugestión de los estados de ánimo provocados por la lectura de un texto literario.
En la oportunidad, Strauss solicitó incluir en el programa de mano el siguiente texto:
"Primer movimiento: Amanecer. El Hombre siente el poder de Dios. Andante Religioso. Pero sigue añorando. Se sumerge en la pasión (segundo movimiento) y no encuentra la paz. Se vuelve hacia la ciencia y trata en vano de resolver los problemas de la vida con una fuga (tercer movimiento). Suenan agradables melodías y se convierte en individuo. Su alma se eleva, mientras el mundo se hunde bajo él."
Richard Strauss (1864 - 1949) |
Una brevísima fanfarria
La primera sección, Amanecer, una fanfarria de menos de dos minutos de duración, fue incluida en la película 2001, Odisea del Espacio, de Kubrick, lo que favoreció su conocimiento por parte de un público amplio.
Sobre un ostinato pianissimo a cargo de los contrabajos, el tema es expuesto por la trompeta. Luego de travesear entre los modos mayor y menor, el trozo termina con un brioso y espectacular tutti en do mayor, que luego calla para dejar al órgano en solitario por un par de segundos.
La versión es de la Filarmónica de la BBC, a cargo del director español, Juan José Mena.
Eumir Deodato, músico y arreglista brasileño nacido en 1943 en Río de Janeiro y residente en EEUU desde mediados de los setenta sorprendió en 1974 a la audiencia estadounidense con un genial arreglo funky de la Introducción de la obra de Richard Strauss, que le valió ese año el premio Grammy a la Mejor Interpretación Pop/Instrumental. Algún reconocimiento habrá que hacer también al autor del video que presentamos que, con imágenes del espacio, acompañan brillantemente estos espectaculares diez minutos de música creados por Deodato a partir de un trozo de música clásica, en los que conviven jazz, blues, gospel, elementos de tradición africana y... o sea, música "funky".
Amigo visitante:
Si te gustó el artículo, mucho te agradecemos si lo compartes, o lo recomiendas en Google con un cómodo clic
Hola Dago, me gustó la versión funky de este Amanecer que -seguro por la inolvidable película,ya está en nuestro ADN.Sobre el texto de Strauss que citas, se me figura un típico antipoema. Saludos.
ResponderEliminarVania Escobar. (voy como anónima porque no sé que diablos es mi URL)
La versión funky es el descueve. Y exacto! No se me había pasado por la cabeza verlo así, pero tenís razón: el texto es un antipoema. Ahora, lo de la tomadura de pelo no es mío, es la impresión que le causó al "presentador" de una función de la obra que dio un conjunto de cámara en los EEUU. Lo dice en inglés pero viene a ser lo que nosotros entendemos por eso. Saludos y gracias por el comentario.
EliminarNo voy a comentar esto porque no lo he escuchado todavía, pero podrías publicar Gran Fuga de Beethoven? estoy haciendo pedidos como antes se hacían a la radio...pero nada se puerde con intentar.
ResponderEliminarbesos y cuida esas fiebres.
Nada me encantaría más que recibir pedidos. A tu orden. Y a propósito de fugas, me hiciste acordar de un alemán que tocó hace algunos años en el Teatro Uchile y al que se le fue en collera la pieza. Claro, era ni más ni menos que la Hammerklavier que tiene una fuga de los mil diablos, en la mitad de la fuga el compadre se enredó y antes de pararse escuché que dijo en voz alta, molesto: ¡... impossible! o algo parecido. Se paró y abandonó el escenario. Al ratito, apareció un funcionario y dijo que el pianista había tenido un desmayo. Luego apareció de vuelta el músico pa saludar y despedirse. Todo el público lo aplaudió a rabiar. Pobrecito, se debe haber sentido como el orto.
EliminarApenas remita esta fiebre que me está matando, iré a curiosear por la Gran Fuga, y de paso, mahometear un rato por si esta vez encuentro una buena versión. Saludos y gracias por tus deseos de mejoría. Confío en el Señor.
Buena, prefiero la original pero la otra, la funky, inspirada en kubrick, buena tambien. Es que los timbales en el primer caso son majestuosos.
ResponderEliminarPobre pianista, por eso no fui música, seguro que me pasaba a mi. voy a ver si encuentro a Mahometo.
Dices verdad. La funky es interesante, novedosa y amigable pero no le alcanza pa competir con los timbales que, como bien dices, son majestuosos. Y me volví a acordar de otra cosa: hace muuuchos aaaños vi una película de una profesora de piano amargadísima, la historia poco a poco va descubriendo qué le ocurrió alguna vez: tocando la Appassionata sufrió, de joven, un "blanco de la memoria", es decir, se le olvidó TODO en medio de la pieza y tuvo que abandonar el escenario, y con ello, su carrera de concertista. Eso explicaba toda su amargura. Pobres pianistas, por eso hay que cuidarlos y quererlos tanto.
EliminarSaludos y muchas gracias por promover la conversa virtual.
Me otra cosa
ResponderEliminarYo soy del colegio mariano Jose de Larra
ResponderEliminar