Therese Malfati, al piano, rodeada de su familia, alrededor de 1810 |
¿Therese?
El discípulo aseguró haber visto también el manuscrito original aunque nunca lo mostró. Y, pese a que había encontrado la copia en casa de Therese, la publicó con el título de "Para Elisa" pues eso fue lo que creyó leer en los garabatos de Beethoven. Siempre según Nohl, la copia estaba fechada en 1810, precisamente la época en que el maestro había hecho su aventurada proposición. De ahí a la leyenda había solo un paso: la famosa bagatela tenía como dedicatée a Therese Malfati.
¿Elizabeth?
Elizabeth Röckel, en 1814 |
¿Asunto resuelto?
Ni tanto, porque habría que preguntarse qué hacía el manuscrito (según Nohl) en casa de Therese.
La única certeza, hasta el momento, es que de la obra solo se conserva (en la Beethoven-Haus, de Bonn) una versión incompleta, un boceto en una hoja de papel que Beethoven usaba para anotar sus ideas; data de 1810 y, según entiendo, no lleva título.
Múltiples versiones para una bagatela
Con todo, esta ambigüedad de origen nunca fue obstáculo para que la bagatela para piano Für Elise se convirtiera en la quintaesencia de la popularización de la música clásica, ya sea en versiones de jazz o rock pesado, e incluidos los ringtones para celulares. Desde la otra vereda, también se apuntan los arreglos para piano y orquesta.
"Para Elisa", el dibujo
Beethoven tenía cuarenta años cuando compuso la pieza y no tuvo empacho en trabajar sobre un simple tema al que sumó un par de variaciones. La idea principal enfila hacia un subtema en 0:31, para regresar en 0:40. Se repite todo. La primera variación, algo más ágil, aparece en 1:21, para volver al motivo principal en 1:46. No obstante la simplicidad de la pieza, un reconocible Beethoven surge en la segunda variación, en 2:24. En 3:05 la pieza retoma su calma y motivo inicial para encaminarse hacia un final tranquilo.
Beethoven tenía cuarenta años cuando compuso la pieza y no tuvo empacho en trabajar sobre un simple tema al que sumó un par de variaciones. La idea principal enfila hacia un subtema en 0:31, para regresar en 0:40. Se repite todo. La primera variación, algo más ágil, aparece en 1:21, para volver al motivo principal en 1:46. No obstante la simplicidad de la pieza, un reconocible Beethoven surge en la segunda variación, en 2:24. En 3:05 la pieza retoma su calma y motivo inicial para encaminarse hacia un final tranquilo.
La versión (y el arreglo para orquesta) es del pianista búlgaro Georgii Cherkin.
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