| Página original del Códice Burana, con la imagen de la Rueda de la Fortuna (reino - reinaré - reinaba - ya no tengo reino) |
En 1934, un comerciante en libros de segunda mano le presentó al compositor alemán Carl Orff un volumen de poemas medievales que provenían de un manuscrito –hoy conocido como el códice Burana– descubierto en el monasterio benedictino de Beurn en 1803 pero cuya data era muy anterior. La colección contenía más de doscientos poemas de los siglos XII y XIII en latín medieval, y otros cincuenta en alemán con mezcla de alocuciones latinas o francesas.
El compositor quedó profundamente impactado con la vitalidad de los poemas, y seleccionó 25 de ellos para construir una música distinta, rítmicamente potente al punto de parecer casi primitiva, que estrenó el 8 de junio de 1937 con el extenso nombre de "Carmina Burana: Canciones profanas para solistas y coros con acompañamiento de instrumentos e imágenes mágicas".
| Carl Orff (1895 - 1982) |
No era la primera obra que componía Orff, desde luego, pero a raíz del éxito y reconocimiento internacional conseguido con Carmina, el compositor mandó retirar cuanto había compuesto antes de 1934, pues entendió que de ahí en adelante su prestigio debía cimentarse en la autoría de dramas escénicos, de lo que dará acabada muestra una fértil producción que finalizará en 1971 con su drama La comedia del fin de los tiempos, y en la que destacan sus tres obras más populares: la mentada Carmina Burana, La Chica Lista, y Catulli Carmina (poemas de Catulo).
Textos "goliardos"
En su gran mayoría anónimos, los poemas que forman la colección original de las "canciones de Beurn" (Carmina Burana - pronúnciese Cármina), cantan indistintamente al amor, el vino o la naturaleza; también los hay satíricos y "didácticos".
Son llamados genéricamente textos "goliardos", palabra utilizada en la Edad Media para referirse a clérigos vagabundos, monjes de vida disipada y estudiantes pobres que proliferaron en Europa con el auge de la vida urbana y el surgimiento de las universidades en el siglo XIII. El resultado es, efectivamente, una obra poética desenfadada, hasta grosera, que se cantaba en las calles, tabernas, o en comparsas universitarias. Jamás, desde luego, en la iglesia.
Fragmento O Fortuna
Las melodías, en la obra de Orff, se repiten en cada estrofa casi sin variantes, llevando a que su riqueza rítmica, tal vez, se constituya en su característica más importante. Su sección más conocida es el fragmento O Fortuna, que se canta al inicio y final de la obra.
La versión es de la Johann Strauss Orchestra, dirigida por André Rieu, en Maastricht, el año 2012, con ocasión de cumplirse 25 años desde la fundación de la orquesta, en 1987, por el mismo Rieu.


Notable......
ResponderEliminarA pesar de André Rieu y la parafernalia de luces, humos y artificios que interfieren con lo único importante: la música.
Es verdad. Pero pese a la parafernalia organizada -supongo- por el mismo Rieu, es el video de mejor factura y audio de los disponibles. Gracias, Raúl, por dejar tu comentario aquí.
EliminarGenial, Carmina Burana es un canto de calle, me gusta con parafernalia y humo......como seria con toda la gente cantando....digo...es mi punto de vista.
ResponderEliminarTambién es cierto. Son cantos populares. Gracias por tu comentario.
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