jueves, 26 de julio de 2018

B. Galuppi: Sonata para piano No 5


Baldassare Galuppi, figura clave en la historia de la ópera cómica italiana, escribió su primera ópera a los 16 años. Su estreno en Venecia, sin embargo, fue un completo fracaso. El público armó tal escándalo que hubo que bajar el telón cuando la temprana obra iba por la mitad. Pero el precoz compositor no se amilanó. Sencillamente acudió a un compositor de fuste, Benedetto Marcello (hermano de Alessandro), para averiguar qué había sucedido. Benedetto, de partida, criticó su audacia, y le sugirió no componer nada durante tres años. A cambio, recomendó seguir estudios con el compositor y pedagogo Antonio Lotti quien, años más tarde, señalará a Galuppi como uno de sus mejores alumnos.


Y no le faltaba razón. El segundo intento de Galuppi, la ópera Dorinda, de 1729, fue un gran éxito. Durante el resto de su vida, el autor va a componer en promedio dos óperas al año, estrenándolas exitosamente en los mejores teatros de Italia. También en el resto de Europa, cuando ya contaba cuarenta años, sus óperas bufas causaron sensación, aunque, curiosamente, siempre hubo que esperar a la segunda función para obtener el favor del público. Al parecer, el humor e ingenio de Galuppi había que aprender a saborearlo.

Baldassare Galuppi
(Burano, 1706 - Venecia, 1785)
No obstante, mientras se desempeñaba como maestro de capilla de la Basílica de San Marcos (el cargo "top" en Venecia), fue requerido por Catalina La Grande de Rusia para que se hiciera cargo de su capilla, en San Petersburgo.
Doce años permaneció Galuppi al servicio de Catalina, inaugurando la dominación italiana de la ópera rusa hasta que apareció Mikhail Glinka, según informan los historiadores.
A su regreso a Venecia, en 1768, retomó su cargo en San Marcos. Su producción derivó hacia piezas más serias, componiendo también oratorios y obras sacras, culminando asimismo su obra para teclado que llegó a sumar más de 130 sonatas.

Sonata para piano No 5 en Do mayor
Su vasta producción para teclado, animada y brillante, ha llevado a los estudiosos a considerar a Galuppi como el mayor compositor italiano de música para teclado después de Domenico Scarlatti. Muestra de ello es la Sonata en Do mayor No 5, una de las más recurridas por los intérpretes y solicitadas por la audiencia. Su duración, de poco más de diez minutos, ya anuncia la extensión futura de la sonata clásica posterior.
Sus movimientos son los típicos tres, aunque Galuppi, en oposición a la usanza de la época (movimientos rápido-lento-rápido), montó el movimiento lento al principio.

Movimientos:
00:00  Andante
05:14  Allegro
08:09  Vivace

La versión es del pianista nacido en Lituania, Vadim Chaimovich.


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sábado, 21 de julio de 2018

Mozart: Concierto para piano No 1


Los cuatro primeros conciertos para piano que escribió Mozart son arreglos para teclado y orquesta de movimientos de sonatas de otros compositores. Era la usanza de la época. Se les llamó "pastiches". La primera incursión en la composición para teclado y orquesta, al modo "pastiche", claro está, la realizó Mozart en el verano de 1767, cuando solo tenía once años. La familia estaba de regreso en Salzburgo luego de su segunda tournée por Europa, que duró tres años.


Cinco años antes, habían realizado el primer tour. Visitaron Viena, y Wolfgang y su hermana Nannerl, cuatro años mayor, tuvieron la oportunidad de tocar en el Palacio Schönbrunn ante la Emperatriz Maria Teresa de Austria, quien les saludó efusivamente obsequiándoles los trajes de gala con que después los niños fueron retratados en cuadros hoy famosos.

Wolfgang Amadeus, de siete años,
vistiendo las galas regaladas por Maria Teresa
Pero el tiempo pasa, y nueve años más tarde, Maria Teresa va a tener palabras poco delicadas para con la familia Mozart. En 1771, Mozart estaba en Florencia en compañía de su padre Leopold, obedeciendo al encargo de una breve ópera en dos actos en celebración de la boda del archiduque Fernando, gobernador de Lombardía. Fernando elogió la obra con un célebre bravissimo, maestro. Leopold se entusiasmó e intentó colocar a su hijo al servicio del archiduque.
El archiduque lo consultó con su madre, Maria Teresa de Austria. Maria Teresa respondió desaconsejando la contrata: "...si [los Mozart] están a tu servicio lo degradarán al ir por el mundo como pordioseros".
Para la fecha, el pordiosero Mozart había sumado trece sinfonías a sus cuatro conciertos para piano de su época de niño.

Concierto No 1, K 37, en Fa mayor
En comparación con sus conciertos posteriores (al menos, a partir del No 6), los cuatro primeros conciertos aparecen como obras "livianas", incluso algo ingenuas. Pero recordemos que el autor tiene once años y, quizá, esté solo ejercitándose en la escritura para piano y orquesta.

Movimientos
Desde luego, son tres, a la usanza vivaldiana: rápido - lento - rápido.
01:28  Allegro  (basado en el allegro inicial de una sonata para violín y piano de H.F. Raupach)
07:35  Andante  (de procedencia desconocida, algunos estudiosos consideran que pertenece a Mozart)
13:25  Allegro  (basado en el primer movimiento de una sonata de L. Honauer)

La versión es del gran maestro ruso Sviatoslav Richter, acompañado de la Japan Shinsei Symphonie Orchestra, dirigida por Rudolf Barshai, también ruso.


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jueves, 5 de julio de 2018

Mozart / P. Breiner: Allegro y cadenza Concierto No 20


Hasta bien entrado el siglo diecinueve, las cadenzas para instrumento solista de un concierto, es decir, aquellos pasajes virtuosos en que la orquesta calla para permitir al intérprete lucir sus habilidades e inventiva, quedaban a cargo del solista. El autor de la pieza no escribía la cadenza, solo señalaba el momento en que debía iniciarse, por lo común, al final del primer movimiento.
Compositores célebres crearon cadenzas célebres para conciertos no menos célebres. Épica es la cadenza que Beethoven escribió para el Concierto No 20 de Mozart, ampliamente utilizada por los intérpretes de hoy, pues en nuestros días los intérpretes ya no improvisan, descansan sobre las cadenzas escritas por otros.
Pero hay excepciones.

Mozart, de 26 años, en 1782
En un lapso de trece años, desde que tuvo once hasta algunos meses antes de su muerte, Mozart compuso 27 conciertos para piano y orquesta. De ellos, quince cuentan con cadenzas escritas por el autor. Un alto número, si recordamos que para su estreno los conciertos contaron, por lo general, con su participación como solista. No había para qué escribirla, diríamos, habida cuenta de la habilidad del autor para la improvisación.

El Concierto No 20, por ejemplo, estrenado en Viena el 22 de febrero de 1785 con el autor al piano, no cuenta con cadenza escrita por Mozart. O nunca la tuvo, o ésta se ha perdido. La primera en publicarse fue la ya señalada, de Beethoven. Con ello, el maestro de Bonn inauguró una larga lista de compositores pianistas que sumaron su propia cadenza a la genial obra. Hummel, Brahms y Ferrucio Brusoni, entre los más conspicuos. Entre las más curiosas, la de Chik Korea (que incluye un vocalista).

No menos novedosa es la cadenza incorporada por Peter Breiner en grabación de 1990. Reconocido por sus arreglos de música de Los Beatles y de Elvis Presley en estilo barroco, Peter Breiner es un pianista eslovaco impulsor de la popularización de la música clásica.
Le acompaña la agrupación Philarmonia Cassovia, a la que también dirige. La cadenza, "en modo arrabalero", o "jazzístico", en el minuto 9:57. Luego de irreverentes dos minutos, estamos de vuelta en la era clásica.

Mozart: Concerto No 20 en Re menor, K 466 - Allegro. Peter Breiner.


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