sábado, 31 de enero de 2015

Debussy: "Pour le piano"



En 1898 la situación económica de Claude Debussy no era de las más desahogadas. Tampoco su vida sentimental pasaba por un buen momento. Ese año se produjo la ruptura con Gabrielle Dupont, su "Gaby de ojos verdes", la musa con la que vivió diez años, si bien este impasse lo superó prontamente contrayendo matrimonio a fines de 1899 con una hermosa brunette, Rosalie Teixir, llamada Lily en el entorno laboral de su oficio de maniquí en una casa de alta costura.

Monsieur Croche
A fin de afrontar con cierta holgura este nuevo escenario, debió aceptar un trabajo de carácter "alimenticio", como acostumbraba llamarlos. Así, en 1901 comenzó a escribir crónicas musicales para la revista de arte La Revue Blanche, donde se inventó un personaje algo ambiguo y a ratos irritante, Monsieur Croche (el Señor Corchea), con el que fantasiosamente dialogaba, y del que sacó provecho para ventilar lo que hasta entonces reservaba para su entorno íntimo:
"...Los músicos sólo escuchan la música escrita por manos diestras; nunca la que está inscrita en la naturaleza. Ver nacer el día es más útil que escuchar la Sinfonía Pastoral. Hay que buscar la disciplina en la libertad. No escuchar los consejos de nadie, sino sólo del viento que pasa y nos narra la historia del mundo".
Son palabras de "Monsieur Croche", tomadas de un extenso artículo del 1 de julio de 1901.
Debussy colaboró con la revista hasta diciembre de ese mismo año, cuando el trabajo en su única ópera, Pelléas et Mélisande, comenzó a absorberlo completamente.

Claude Debussy (1862 - 1918)
Pour le piano
Publicada en 1901, "revisada", la obra es una suite para piano de solo tres movimientos que Debussy había comenzado alrededor de 1894. Una primera versión del movimiento central ya formaba parte de sus Images inedites de ese año y su movimiento final fue compuesto probablemente en 1896. Dedicada a dos de sus alumnos y a una amiga –un movimiento para cada uno– la obra, muy breve, constituye un reflejo del definitivo traslado al piano de su original lenguaje musical.

Movimientos
00       Preludio.  Familiar y exótico a la vez, con remembranzas de Rameau y el gamelán javanés. (Me aventuro a suponer que Gershwin puso mucha atención al minuto 1:32)
04:49  Sarabanda.  En palabras de Debussy, una "conversación con el piano", o más bien, una conversación con Satie, de cuyas sarabandas de 1887 toma algo prestado.
09:35  Toccata.  La más robusta de las tres secciones, altamente exigente, al tiempo que extrovertida y llena de gracia.

La versión es del pianista y compositor italiano Bruno Canino.


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jueves, 29 de enero de 2015

Erik Satie, Cinco Nocturnos, para piano



Desde muy joven, Erik Satie dio muestras de su irreverencia y extravagante sentido del humor al asignar con todo desenfado el "Opus 62" a su primera publicación, cuando tenía 19 años. A ello seguirá una tendencia irrefrenable por titular sus obras de modo no tradicional como lo muestran las Tres piezas en forma de pera, o la Sonatina Burocrática, o Los preludios flacos verdaderos, o las Descripciones automáticas, por señalar unos pocos dentro de un extenso y abultado cúmulo de disparatados y cómicos títulos con los que gustaba hacer mofa de la formalidad que generalmente rodea la práctica de la música académica.

Y claro, respecto de sus conocidas Gnossiennes y Gymnopédies, tampoco entregó mucha información, que no sea que las primeras algo tienen que ver con la filosofía de los gnósticos, y las segundas con la educación griega de los jóvenes. Por otra parte, junto a un par de colegas franceses, es también creador de una curiosa "música de mobiliario", destinada a ser escuchada mientras se está ocupado en otro asunto. Y como no era ajeno a alguna tendencia mística, en 1890, a los 23 años, fundó junto a un amigo la secta que llevó por nombre "Iglesia Metropolitana del Arte de Jesús Conductor".

Erik Satie (1866 - 1925)
En la vejez
Pero para 1919 Satie había cambiado. El año anterior había muerto su amigo Debussy, sin que se hubieran recompuesto las relaciones que en algún momento comenzaron a enfriarse sin una razón de peso. Fue Debussy quien "descubrió" a Satie en un café de París en 1891 y fue Debussy quien orquestó más tarde las Gymnopédies, pero hubo de irse de este mundo indispuesto con Erik. En su vejez, Satie lamentará profundamente que las cosas se hubieran torcido de ese modo.

Cinco Nocturnos
Por todo esto, y acaso qué más, los Cinco Nocturnos constituyen una obra de Satie completamente seria, sin título juguetón ni textos extramusicales divertidos agregados a la partitura. Compuestos entre agosto y noviembre de 1919, constituyen sus últimos trabajos para piano, si se exceptúa una pequeña pieza de 1920.

Originalmente eran seis, pero Satie no alcanzó a completar el último, o simplemente abandonó la empresa. Sin embargo, el video presenta aquí una sexta pieza, en plan de "work in progress", incluido por su editor, y que por lo mismo, termina abruptamente. Son los nocturnos acabada muestra de que el lenguaje musical de Satie había cambiado para fines de la Primera Guerra, y aunque en ninguno de ellos se observan las características de aquellos de Chopin, o Field, el espíritu de la forma está en ellos claramente presente.

Muy breves, tres de ellos llevan indicación inicial de tempo, austera, sin asomo de juego:
00       I  Doux et calme
02:35  II  Simplement
04:32  III  Un peu movement
07:21  IV
10:02  V
12:00  VI

La versión, solo audio, es del pianista francés Jean Yves Thibaudet.


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martes, 27 de enero de 2015

Beethoven: Sonata "Los Adioses"



Pese a que por esos años ya llevaba alrededor de una década lidiando con la creciente sordera, entre 1808 y 1811 Beethoven fue capaz de concluir un torrente de composiciones que, si su vida se hubiese detenido al final de esa época, habrían bastado para asegurarle con toda propiedad un lugar prominente en la historia de la música. A esa etapa corresponde la composición de la Quinta y Sexta Sinfonías, los conciertos para piano Nos 4 y 5, el concierto para violín, la ópera Fidelio, y las sonatas para piano Waldstein, Appassionata y Los Adioses.

Archiduque Rodolfo de Austria
(1788 - 1831)
Pacto de los tres príncipes
Son los años también de la suscripción del "pacto" mediante el cual su principal mecenas y pupilo, el archiduque Rodolfo, junto a sus pares los príncipes Lobkowitz y Kinski, acordaron entregar a Beethoven un apoyo financiero anual que no bajaría de los 4000 florines. Debido a fatales circunstancias, solo el archiduque Rodolfo pudo cumplir con lo pactado, pagando religiosamente al maestro su parte año tras año. No es casual entonces que el archiduque haya sido el destinatario de catorce composiciones del maestro.

Sonata N° 26, en mi bemol mayor, Los Adioses
El 12 de mayo de 1809, por segunda vez en la década, las fuerzas napoleónicas ocuparon Viena, y la familia imperial se vio forzada a abandonar la capital del Imperio. Una semana antes de la ocupación, el archiduque Rodolfo había salido también de la ciudad, aunque con intenciones de pronto regreso. Pero debió esperar hasta el 30 de enero de 1810. A su llegada a Viena, le fue ofrecida la dedicatoria de la Sonata N° 26 compuesta por Beethoven en los meses precedentes, no por encargo, sino para reseñar la partida, la ausencia y el retorno de su más fiel patrón y amigo.

La sonata fue publicada por primera vez en Londres por Muzio Clementi, quien tradujo los subtítulos originales de Beethoven al francés, por razones de mercado. La dedicatoria reza: "En la partida de su Alteza Imperial, el Archiduque Rodolfo, con admiración".

Movimientos
00       Les Adieux:  Adagio - Allegro (1:54)
07:14  L'Absence: Andante espressivo  Enlaza sin pausa con el tercer movimiento, en:
10:50  Le Retour: Vivacissimamente  Movimiento de gran exigencia técnica, se supone que expresa el regocijo por el retorno del amigo y protector a quien está dedicada la obra.

La versión es del maestro chileno Claudio Arrau, en recital monográfico de Beethoven. Berlín, 10 de abril de 1970.


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lunes, 26 de enero de 2015

Sarasate: Fantasía sobre "Carmen"



Nacido en 1844 en Pamplona, la ciudad de los célebres encierros de toros para las fiestas de San Fermín, el violinista y compositor español Pablo Martin Melton Sarasate y Navascuez, más conocido como Pablo de Sarasate, hizo su debut público a los ocho años, y a los doce ingresó al Conservatorio de París gracias a una beca otorgada gentilmente por la reina Isabel II de España, luego de que en Madrid deslumbrara a la corte con su talento. Cinco años después, se hacía merecedor del primer premio de violín, en el Conservatorio.

Pablo de Sarasate (1844 - 1908)
Concertista virtuoso
Fue el inicio de una larga y exitosa carrera como concertista que lo llevó por toda Europa y Estados Unidos en una gira casi sin interrupciones que duró tres décadas. Poseedor de un toque delicado y un virtuosismo sin alardes, le fueron dedicadas un buen número de las obras más significativas de los compositores contemporáneos la Sinfonía Española de Lalo, Introducción y Rondó caprichoso de Saint-Saëns y el Concierto N° 2 de Max Bruch, se cuentan entre ellas.

Sarasate compositor
Pablo de Sarasate es autor de alrededor de 50 piezas para violín y orquesta (o violín y piano), que formaron parte de su solicitado repertorio. Entre las más populares sobresalen Aires gitanos, de 1878 y la Fantasía sobre Carmen de Bizet, compuesta en 1883 cuando la ópera ya se había ganado el favor del público luego de su fallido estreno en 1875.
Como ya lo había hecho con Don Giovanni y con La Forza del Destino, Sarasate estimó que era hora de hacer una adaptación para violín y orquesta de la obra de Bizet, la que día a día ganaba más adeptos, aunque su autor había muerto convencido de su fracaso.

Fantasía - Secciones
Los trozos de la ópera con los que Sarasate construyó su Fantasía, son:
00       Preludio - adaptación del entreacto que introduce al Acto IV (Aragonesa).
03:56  Habanera, del Acto I.
06:20  Del Acto I, episodio en que Carmen se burla del oficial de la guardia.
08:55  Seguidilla, del Acto I.
10:50  Baile Gitano, del Acto II.

La versión es del violinista serbio Stefan Milenkovich, acompañado de la Vojvodina Symphony Orchestra, conducida por Berislav Skenderovic.

martes, 20 de enero de 2015

Verdi, La Traviata: dúo "Dite alla giovine"



A fines de la década de 1840, con más de una docena de óperas a su haber –entre ellas la muy exitosa Nabucco–, Giuseppe Verdi todavía no era rico pero andaba cerca. Gozaba por entonces de la más completa independencia financiera y, amante del campo como lo era, en 1849 decidió comprarse una finca cerca de Busetto, el pueblo que lo había visto crecer como músico. Y hasta allá se llevó a Giuseppina Strepponi, cantante que había conocido en los lejanos tiempos de sus primeras óperas, y con quien había terminado emparejado luego de un casual encuentro en París, hacía dos años.

Verdi y Giuseppina en Busetto
Giuseppe Verdi, en 1843
(1813 - 1901)
Al pueblo de Busetto no le hizo gracia que Verdi regresara, ahora vencedor y célebre, a vivir entre ellos con una mujer que no era su esposa, y cantante, por añadidura. Verdi además era viudo. Su primera mujer, Margherita, hija de su primer protector, Antonio Barezzi, había muerto en 1840. Barezzi tampoco resultó ajeno a las habladurías, y cuando Verdi se enteró de la desaprobación de su ex suegro, le respondió con una carta de cuero de diablo. Un año más tarde, Verdi comenzó la composición de La Traviata, que cuenta la trágica historia de Violetta Valery quien debe renunciar a su amor por Alfredo para no enlodar el buen nombre de una familia.

Dueto Dite alla giovine
En el Acto II, Violetta y Alfredo ya se han enamorado y viven en pecado en la casa que ella posee en el campo, fruto de su vida cortesana. En ausencia de su amado, Violetta recibe la visita del padre de Alfredo, Giorgio, quien se ha allegado hasta allá para solicitar a Violetta que dé por terminada la relación con su hijo pues esa conducta pecaminosa no hará sino dañar la reputación de su familia, sobre todo ahora que una hija suya y hermana de Alfredo, está por contraer nupcias como Dios manda. Violetta en principio se niega aduciendo que Alfredo es su primer y único amor pero Giorgio termina por convencerla. Violetta canta entonces Dite alla giovine, anunciándole "a la joven" su renuncia a la vida con su amado Alfredo, sacrificio que teme la conducirá a la muerte. Giorgio interviene para agradecer el acto misericordioso.

En entrega de la Ópera National de Paris, Violetta: la soprano albanesa Ermonella Jaho; Giorgio: el barítono ruso Dimitri Hvorostovsky.


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lunes, 19 de enero de 2015

Henry Purcell: Música para el funeral de la Reina María



Atacada por la viruela cuando solo contaba 32 años la reina María II de Inglaterra abandonó este mundo poco después de la medianoche del 28 de diciembre de 1694 en sus aposentos del Palacio de Kensington, donde se encontraba postrada y aislada desde hacía unos meses. A fin de que todos los súbditos del reino le presentaran sus respetos, su cuerpo fue conservado hasta el 5 de marzo del año siguiente, cuando a los sones de la música de Henry Purcell el féretro fue trasladado hasta la Abadía de Westminster, donde María descansa hasta hoy, al igual que el autor de la música, quien fue a hacerle compañía tan solo ocho meses más tarde.

Henry Purcell (1659 - 1695)
Henry Purcell
Había nacido precisamente en el barrio londinense de Westminster, en 1659, en el seno de una familia de músicos. A temprana edad entró a formar parte del coro de la Capilla Real y a los 23 años fue nombrado organista de la capilla.
En ese cargo se reveló como un compositor fecundo y muy solicitado. Sus deberes incluían, como es natural, la composición de música de cámara para el deleite de la corte y música ad hoc para las funciones de teatro. Además debía componer cada año una oda para el cumpleaños real y otra para el día de Santa Cecilia; uno que otro himno si se presentaba alguna coronación y una oda de bienvenida cuando el rey retornaba a Londres luego de un viaje de Estado.

Maria II de Inglaterra (1662 - 1694)
Es en ese marco de apretadas funciones que se inscribe la composición de la Música para el funeral de la Reina María, que desde luego no estaba en el contrato porque habría sido de mal gusto, pero que le fue solicitada a Purcell en cuanto la reina expiró.

Constituida de siete partes, la Marcha es su sección más reconocida, la que se hizo incluso popular luego de que el incorregible Stanley Kubrick echara mano otra vez a la música clásica y la incluyera como tema principal en la película La Naranja Mecánica, de 1971, para la cual usó una versión en sintetizador.

La versión original es para soprano, contralto, tenor y bajo, cuatro trompetas y órgano. Y sus partes son:
00:00  Marcha
02:13  "Man that is born"
06:01  Canzona
07:44  "In the midst of life, we are in death"
13:40  Canzona
14:33  "Thou knowest, Lord, the secrets of our hearts"
16:54  Marcha


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jueves, 15 de enero de 2015

Mozart: Obertura de "Don Giovanni"



En los meses de enero y febrero de 1787 W.A. Mozart se encontraba en Praga dirigiendo diversas representaciones de su más reciente y exitosa ópera Las Bodas de Fígaro cuando recibió el encargo de una nueva ópera, que debía basarse en el tema literario del Don Juan, y que debía estrenarse en Praga en octubre. Raudo regresó a Viena para entrevistarse con Lorenzo Da Ponte, autor del libreto del Fígaro. Acordaron los términos y cada uno se enfrascó en su tarea. A la espera de las primeras páginas del libreto, Mozart pudo haber trabajado en la obertura, pero la dejó para el final.

Don Giovanni, la obertura y la leyenda
Numerosas y variadas son las leyendas sobre la oportunidad en que Mozart escribió la obertura de Don Giovanni o il disoluto punito (...el libertino castigado). Las hay que señalan que lo hizo el día previo al estreno, otras que acabó con ella pocas horas antes. Una muy simpática refiere que, luego de participar en una alegre velada en la víspera del estreno, Wolfgang y Konstance se retiraron pasadas las doce de la noche porque Wolfgang tenía que componer una obertura. No eran las mejores condiciones pero Konstance logró mantener despierto a Mozart a base de una jarra de ponche y sabrosas historias que no paró de contarle en toda la noche. A las siete de la mañana, la obertura estaba terminada.
Sea como fuere, no era la primera vez ni sería la última que Mozart componía una obra en un santiamén.

El estreno, en Praga
En Praga, el estreno de la ópera bufa en dos actos fue un éxito clamoroso. El infatigable optimista que era Wolfgang Amadeus, quien hizo del sentido del humor casi una razón de vida (de la que le quedaba poco, digamos al pasar), escribió en este espíritu a un amigo, poco después del estreno:
"El 29 de octubre mi ópera Don Giovanni tuvo su primera función, y fue recibida con grandes aplausos. Ayer se dio por cuarta vez (y esta vez a mi entero beneficio)... Pretendo partir de aquí el 12 o el 13... pero todo el mundo quiere que me quede aquí unos pocos meses más, y que componga un par de óperas. Con lo halagadora que es la oferta, no puedo aceptarla... Mi bisabuelo le decía a su esposa, mi bisabuela, y ella a su hija, mi abuela, y ella a su vez a su hija, mi madre, y ésta otra vez a su hija, mi propia hermana, que hablar bien y elegantemente es un gran arte, pero también lo es, y no menos, callar en el momento justo. Así que pretendo seguir el consejo de mi hermana como le fue transmitido por nuestra madre, nuestra abuela, y nuestra bisabuela, y aprovecho para poner punto final no solo a esta digresión moralizante, sino también a la carta entera."
La obertura de Don Giovanni dura poco más de cinco minutos. La versión es de la Westminster Philharmonic Orchestra, conducida por el director británico Daniel Harding.


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miércoles, 14 de enero de 2015

Barrios-Mangoré: Un sueño en la floresta



Una de las principales desventajas en la composición e interpretación de música para guitarra clásica es la breve duración de la vibración de las cuerdas, lo que hace que los sonidos llevados por una melodía no sean lo suficientemente prolongados, al contrario de lo que un violín o cualquier instrumento de cuerda frotada es capaz de producir mediante el simple expediente de pasar toda la extensión del arco sobre la cuerda y, si hace falta, pasarlo de nuevo en la dirección contraria.

El trémolo
Este inconveniente de la guitarra clásica vino a solucionarlo la técnica del trémolo, nacida en el periodo romántico y que el compositor español Francisco Tárrega llevó a su clímax en la segunda mitad del s. XIX, dejándola plasmada hasta el fin de los tiempos en la popularísima obra Recuerdos de La Alhambra, compuesta en 1896.

Trémolo
La técnica, cuyo propósito es ampliar la duración de las notas que conforman la melodía, consiste básicamente en la repetición de una nota haciendo uso de los dedos anular, medio e índice, acompañados por el pulgar que lleva un bajo apoyado en las cuerdas más graves. La uniformidad y regularidad con que se pulsan las tres notas repetidas constituyen la clave para la producción de un trémolo exquisito.

Agustín Barrios-Mangoré (1885 - 1944)
Barrios-Mangoré
Tal como hiciera Tárrega para España en el siglo anterior, el compositor y guitarrista clásico paraguayo de origen guaraní, Agustín Barrios-Mangoré forjó en la primera mitad del s. XX una de las producciones guitarrísticas más amplias en el marco de Latinoamérica, aunando la tradición europea clásica con las melodías y ritmos de las formas musicales populares latinoamericanas.

Extraordinario guitarrista, hizo un acabado uso de la técnica del trémolo con breves obras como El último trémolo –que resultó ser su última composición–, y la que aquí se presenta, la algo más extensa Un sueño en la floresta, en excelente versión del artista de origen escocés, David Russell.


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jueves, 8 de enero de 2015

Tchaikovski: Obertura "Romeo y Julieta"



Pese a sus recurrentes episodios depresivos, antes de cumplir los 35 años Piotr Ilich Tchaikovski había logrado consolidar definitivamente una carrera como compositor, en la Rusia zarista. Entre 1869 cuando tenía 29 años– y 1875 vio la luz un buen número de sus mejores obras, entre ellas el popular Concierto para piano N° 1, la Segunda y Tercera Sinfonías, y Romeo y Julieta, el primero de sus tres trabajos de música descriptiva basados en dramas de Shakespeare. Le seguirán La Tempestad, y mucho más tarde, Hamlet.

Tchaikovski en 1878
(1840 - 1893)
Primera versión
Plasmar en música la inmortal tragedia de los amantes de Verona era, sin dudas, una buena idea. Y su primera intención fue escribir una ópera pero su amigo y en este caso, consejero, Mili Balakirev, líder del renombrado Grupo de los Cinco, pensó que funcionaría mejor como drama instrumental. Para ello, ofreció algunos consejos, sugirió las escenas que debían trabajarse e incluso la tonalidad en que debían escribirse. Demasiadas sugerencias para el autor altamente autocrítico que era Tchaikovski. Solo hizo caso a medias. El estreno, en marzo de 1870, pasó casi inadvertido.

Segunda versión
Cuando, algún tiempo después, se enteró de que la obra había sido silbada en Viena y fríamente acogida en París, se obligó a releer con más detenimiento la profusa correspondencia que había mantenido con Balakirev. Escribió una segunda versión, y se apresuró a publicarla. Balakirev convino en que había mejorado pero advirtió que mejor habría sido mantenerla inédita un tiempo lo suficientemente largo a la espera de nuevas ideas.

Tercera versión - Obertura Fantasía
El líder de los Cinco estaba en lo cierto. Diez años después, Piotr Ilich escribió la tercera versión, a la que agregó el subtítulo "Obertura-Fantasía". Es la que hoy se presenta en los escenarios del mundo, superando en popularidad, y por lejos, las versiones que en su tiempo otros autores –Berlioz y Prokofiev– hicieran de la trágica historia de amor de Julieta y su Romeo.

Los diversos arreglos del popular tema de amor (escena en el balcón: minuto 7:45) se cuentan por docenas, así como su inclusión en los más dispares filmes y shows televisivos: en más de algún episodio acompañó el interminable y nunca concretado acercamiento amoroso entre doña Florinda y el profesor Jirafales, en la serie mexicana El Chavo del Ocho.

La versión es de The Netherlands Radio Philharmonic Orchestra, bajo la dirección de Dima Slobodeniouk.


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martes, 6 de enero de 2015

Villa-Lobos: Cinco preludios para guitarra



Además de diestro guitarrista aficionado, el padre de Heitor Villa-Lobos era una persona de gran cultura e inteligencia poco común. Durante años se desempeñó como funcionario de la Biblioteca Nacional, en Rio de Janeiro, y al momento de su muerte en 1899 no dejó grandes posesiones, con excepción de una vasta y costosa biblioteca que su hijo Heitor se verá forzado a vender para alimentar a la familia huérfana de padre, cuando el futuro compositor sólo tenga doce años.

Heitor Villa-Lobos (1887 - 1959)
Música en las calles de Rio
A comienzos del siglo XX, Rio de Janeiro estaba muy lejos de ser la metrópolis que conocemos hoy. Pero la música inundaba sus calles hasta de día claro. Y en las noches, luego de haber participado en alguna fiesta, o baile, boda o carnaval, grupos de músicos jóvenes recorrían las calles haciendo música, dándose un respiro para ingresar a un bar aquí y luego a otro, para que el ánimo no decayera.
Heitor Villa-Lobos formó parte de estas bandas de jóvenes músicos y la calle fue donde hizo sus primeras armas con la guitarra, amén de numerosas amistades bohemias, porque cualquier volumen de la biblioteca del padre alcanzaba, también, para varias copas.

Brasil y París
Renuente a recibir educación musical formal, entre los 18 y los 25 años Villa-Lobos realizó extensos viajes por todo Brasil, recopilando temas y conociendo los principales estilos característicos de la música autóctona. Para 1923 ya era un compositor de renombre en su patria, y el Estado brasileño accedió a becarlo con un viaje a Europa a fin de que conociera otros mundos y otra música. Vivirá en París hasta 1930, recibiendo el reconocimiento y la admiración de las celebridades musicales de la época, entre ellas, el célebre guitarrista español Andrés Segovia, a quien dedicó gran parte de su obra para guitarra.

Cinco Preludios para guitarra
Al parecer, originalmente eran seis y uno se habría perdido o nunca se publicó. Compuestos en 1940 a solicitud de Segovia, están dedicados a Mindinha, su mujer, Arminda Villa-Lobos. Constituyen una clara muestra de la fusión de estilos que caracteriza la obra para guitarra de Villa-Lobos: música popular brasileña y tradición europea clásica.

Sus partes, o movimientos, a los que Villa-Lobos agregó un subtítulo, son:
00       Preludio N° 1 en Mi menor - "Melodía lírica"
04:20  Preludio N° 2 en Mi mayor - "Melodía capadocia"
07:02  Preludio N° 3 en La mayor - "Bachiana"
12:40  Preludio N° 4 en Mi menor - "Homenaje a los indios"
16:02  Preludio N° 5 en Re mayor- "Vals lento"

La versión es del maestro griego Evangelo Assimakopoulos.


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lunes, 5 de enero de 2015

Johann Pachelbel: Canon en Re mayor



Como es de suponer, el organista y compositor alemán Johann Pachelbel, nacido en Nuremberg en 1653, hizo en la vida algo más que escribir su celebérrimo Canon en Re mayor. Pachelbel fue un figura clave del periodo barroco y su obra constituye una contribución importante en el desarrollo de la música sacra y para teclado de la Iglesia Luterana alemana. Durante muchos años vivió en Viena, donde conoció la obra del italiano Frescobaldi, la que ejerció gran influencia en sus preludios corales, los que a su vez inspirarán la música del mismo género de Johann Sebastian Bach, cuyos padres Pachelbel conoció en Eisenach, mientras se desempeñó allí como organista de la corte, en 1677, ocho años antes de que Johann Sebastian viniera al mundo.

Johann Pachelbel (1653 - 1706)
Olvido y redescubrimiento
Pachelbel, como muchos otros músicos del barroco, fue un autor muy popular en su tiempo. Y como tantos otros en la historia de la música sin ir más lejos el propio Bach– permaneció olvidado durante siglos.
Pero a mediados de los años sesenta del siglo veinte, el violinista y director Rudolph Baumgartner junto a la agrupación suiza Lucerne Festival Strings grabaron una pieza barroca a la que pusieron por nombre Pachelbel's Canon for France's Erato. Se trataba de un canon y giga de Pachelbel compuesto alrededor de 1700. Sorprendentemente, al poco tiempo la pieza se había convertido en un best-seller.

Canon en Re mayor
Algunos años más tarde, el actor Robert Redford utilizó la pieza como parte de la banda sonora de la película con la que hizo su debut como director, Ordinary People, de 1980. Como consecuencia, el Canon de Pachelbel se convirtió durante un corto periodo en la pieza clásica más popular de todos los tiempos.
Desde aquella fecha hasta hoy, las diversas versiones se cuentan por cientos, y las hay para todos los gustos y para todos los instrumentos o conjunto de instrumentos imaginables.

La versión que se presenta aquí es de la agrupación estadounidense San Francisco Early Music Ensemble "Voices of Music", con instrumentos de la época y el ensamble original, para tres violines y bajo continuo.


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