Figurines de Rosina y Fígaro diseñados para la representación de Il Barbiere di Siviglia en la Scala de Milán, en 1905 |
No obstante haber nacido un año antes de que le cortaran la cabeza a Luis XVI, circunstancia que podría haber favorecido el vaticinio de que le tocaba vivir una época tormentosa, el compositor italiano Gioacchino Rossini alcanzó el éxito a los veinte años con el estreno de una ópera bufa en la Scala de Milán, que llegó a representarse 53 veces en la temporada de ese año, 1812.
Dos años más tarde, y solo cuatro después de iniciada su carrera, Rossini ya era, inapelablemente, el compositor más popular de Italia. Posteriormente lo será también de Viena y París, donde una larga serie de otros compositores deberá enfrentarse a su enorme fama y prestigio compitiendo por el favor de la audiencia, a lo que no estuvieron ajenos músicos de la talla de Chopin, o Liszt.
Gioacchino Rossini (1792 - 1868) |
Respecto de los compositores ya consolidados, Rossini también hará su aporte y visitará a Beethoven en Viena en 1822 para saludar al autor de la sinfonía "Heroica", que ya está completamente sordo. Rossini tiene solo treinta años. Beethoven, de 52, le asegurará que mientras exista la ópera italiana, El barbero de Sevilla no dejará de representarse.
Chopin adolescente había asistido a su primera representación en Varsovia, en 1825. La obra le encantó y de ahí en adelante no dejará de adorar esa música espontánea, colmada de ingeniosos detalles en su escritura y reveladora de un gran sentido del humor casi rayano –ahora podemos verlo– en el absurdo contemporáneo. Luego en París, Frédérick tendrá varias ocasiones de repetirse el suculento plato.
Il barbiere di Siviglia, ópera bufa de Gioacchino Rossini, tuvo su estreno en Roma, en febrero de 1816, bajo la dirección de su autor, que contaba 24 años. Estructurada en dos actos, la obra está basada en la comedia homónima de Beaumarchais, cuya "segunda parte", Las bodas de Fígaro, Mozart ya había "musicalizado", años antes.
La cavatina (una melodía simple, menos brillante que un aria) de Rosina −por cuyos favores se enfrentan Don Bartolo y el conde de Almaviva− inicia la segunda escena del Acto I. Se presenta aquí cantada por la soprano francesa de origen armenio Melody Louledjian, en versión de concierto.
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