Al igual como sucedió con gran parte de su obra propiamente "americana", Aaron Copland comenzó a trabajar en Appalachian Spring durante los años de la Segunda Guerra. Comisionada a principios de 1943 por la bailarina y coreógrafa Martha Graham, la obra fue concebida originalmente como música para ballet, que debía contener "un tema americano" y aspirar a convertirse en una "leyenda de la vida estadounidense". Pero, al menos en cuanto a título, Copland no aspiró a nada y la llamó simplemente "Ballet para Martha". El título con que hoy conocemos la obra nacerá más tarde, incluso con posterioridad al estreno del ballet en octubre de 1944 en la Biblioteca del Congreso de los EEUU.
Copland tomará el título definitivo de un poema del autor americano Hart Crane que comienza con las palabras "O Appalachian Spring! I gained the ledge" que, conforme al espíritu del poema, debiéramos traducir por "Oh, manantial de Los Apalaches, he conquistado la cornisa!" pues spring no siempre significa primavera sino también manantial o fuente. Sin embargo, lo que encantó a Copland fue su sentido primario, el de la floreciente estación del año, y con esa consideración en mente tituló la obra: eran tiempos de guerra pero el final del horror se acercaba y había que celebrar la primavera, el nacimiento de la esperanza.
Y precisamente en la primavera, de 1945, a partir de la música del ballet, Copland construyó una suite para orquesta completa, que ganó el Premio Pulitzer de ese año en música. Le siguieron diversas reescrituras pero fue la versión de aquel año la que, más allá de superar en conocimiento popular al ballet mismo, terminó por convertirse en la versión que hoy se escucha en los escenarios del mundo.
Suite para orquesta Appalachian Spring
Está estructurada en ocho secciones continuas. Abre con una introducción que nace lentamente, luego las cuerdas al unísono irrumpirán en un vivaz allegro. Tras ello comenzará la "narrativa" de la obra, que describe a una pareja de pioneros del siglo diecinueve que busca asentarse en Pennsylvania. Las "escenas" incluyen el levantamiento de una casa, un sermón religioso, una alegre fiesta, para finalizar con un momento de esperanzadora reflexión, de la pareja de pioneros, solos, en su nueva casa.
La versión es de la agrupación belga Symfonieorkest Vlaanderen dirigida por el conductor japonés Seykio Kim.
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