sábado, 28 de abril de 2018

Ferdinand Beyer: "Polka de los perros"


En oposición a la extendida idea, la popularísima pieza para piano conocida en América Latina como "polka de los perros" (aunque en Colombia se le llama "polka de los gatos"... y en Hungría "marcha del mono", y en Bulgaria "marcha del gato", y etcétera) no surgió desde el folklore ni es producto de la tradición popular sin autor reconocido. Por el contrario, la pequeña obra lleva el No 8 en la serie de 106 ejercicios básicos publicados en 1860 con el título de Vorschule im Klavierspiel (Escuela preparatoria para el piano) por el pianista y compositor alemán Ferdinand Beyer.


Nacido en 1803 al sur de Alemania, Ferdinand Beyer fue reconocido en su época como pianista de salón, autor de variada música ligera y voluntarioso arreglista de himnos nacionales y piezas orquestales populares. Nada de ello se recuerda hoy. Pero dejó un gran legado. El método para piano ya señalado que, al menos en parte, es todavía utilizado hoy, con algunos de sus ejercicios incorporados incluso en antologías sobre pedagogía del piano.

Ferdinand Beyer (1803 - 1863)
El autor, y su método, calzaron a la perfección con la aspiración de la clase media de su tiempo de disfrutar del ocio, expresado en la música que se podía hacer en casa con un piano en el salón. Compartió una época en que los maestros de piano a domicilio proliferaron, así como los métodos de estudio, y las casas editoras que los publicaban. En sus años de mayor holgura económica Ferdinand Beyer estuvo ligado profesionalmente a una respetada casa editora de Maguncia, a orillas del Rin. Allí murió en 1863.

Vorschule im Klavierspiel, opus 101, No 8
La partitura que acompaña estas líneas es una transcripción de la pieza original. Está escrita en la tonalidad de Re mayor (eso es lo que muestra su "armadura": dos sostenidos, Fa y Do). Pero lo cierto es que al oído, la pieza está en la poco usual tonalidad de Sol bemol mayor (una guitarra acompañante, por ejemplo, debiera sostener la armonía en esa tonalidad).
Suponemos, atrevidamente, que así fue escrita originalmente, en Re mayor, y que las alteraciones obligadas se incorporaron sencillamente en cada compás. Lo contrario habría significado enfrentar a un niño con una partitura cuya armadura tenía algunos bemoles: seis, ni más ni menos. Los pequeños pianistas habrían salido arrancando.

La pieza es sencillísima, demás está decirlo. Y la puede abordar cualquier persona a la que se la enseñara "de oído". Esto estriba en una singular propiedad que la caracteriza. Las manos del intérprete no tocan nunca en forma simultánea. Mediante este "artilugio", el fastidioso asunto de la independencia de ambas manos queda resuelto.

De la pianista, solo se sabe que se llama Namtan. Una excelente intérprete. De buen gusto e inteligencia musical, da por finalizada la pieza con un ritardando muy adecuado que Beyer no anotó en la partitura.



Amigo visitante:
Si te gustó el artículo, mucho te agradecemos si lo compartes, con un cómodo clic.

viernes, 20 de abril de 2018

Dmitri Shostakovich: Quinta Sinfonía


El 25 de enero de 1938, dos meses después del estreno de la Sinfonía No 5 de Dmitri Shostakovich, el periódico moscovita Vetcherniaia Moskva publicó un artículo del autor titulado "Mi respuesta como artista". En este artículo está contenido el célebre pasaje donde Shostakovich señaló que su Quinta Sinfonía era "la respuesta concreta y creativa de un artista soviético a unas críticas justas". En la propia Unión Soviética el asunto pasó casi inadvertido. En Occidente, en cambio, se le consideró como el subtítulo oficial que el propio autor había añadido a su Sinfonía.
La historia es compleja.


Exactamente dos años antes, el camarada Josif Vissariónovich Dzhugashvili, llamado Stalin, había calificado de "música pornofónica" una ópera de Shostakovich obligando a su retiro de los escenarios. Por esa misma época el autor trabajaba en su Sinfonía No 4, pero debido a los tempestuosos debates mantenidos en la Unión de Compositores (con un atribulado Shostakovich presente durante ellos), el autor optó por retirarla de cartel cuando la obra paladeaba sus últimos ensayos.

La situación del autor, de treinta años, se volvió crítica. No era para menos. Los años 1936-38 se recuerdan hoy como los años más cruentos de la gran purga o campaña de represión y persecución política llevada a cabo por Stalin en la fenecida URSS. Digamos, de paso, que la Cuarta Sinfonía debió esperar su estreno hasta el año 1962.

D. Shostakovich (1906 - 1975)
La Quinta, en cambio, no tuvo que esperar tanto. El maestro Shostakovich, después de todo, terminó especializándose en el acomodo a las circunstancias políticas, echando mano a la inventiva. Entendió que escribir su música era posible, siempre y cuando se contentara a la vez a las autoridades con una suerte de guiño político. Lo de las "críticas justas" es un sencillo ejemplo de beneficio mutuo que, como el maestro habrá esperado, la "nomenklatura" minimizaría y Occidente iba a distinguir.

Sinfonía No 5, en Re menor, op 47
Compuesta entre abril y julio de 1937, la obra se estrenó en Leningrado el 21 de noviembre de ese año con un éxito atronador, literalmente. La ovación del público duró cuarenta minutos, según rememoró el célebre cellista ruso Mstislav Rostropovich en el exilio. Comentando el episodio, y como disidente que era, se lanzó en picada sobre las autoridades rusas de la época asegurando que el gobierno habría ejecutado a Shostakovich por escribir una obra como esa si el día de su estreno la ovación del público no hubiera durado cuarenta minutos.

Según los entendidos, en comparación con sus primeras sinfonías el lenguaje musical de la Quinta se percibe algo más conservador. Aún así, y vistas las circunstancias, la obra es una composición audaz. Primordialmente, por su renuncia abierta a la más mínima insinuación de corte patriótico, y pródiga, en cambio, en emociones y sentimientos trágicos, expresiones del alma no vistas con buenos ojos en coyunturas revolucionarias.

Movimientos
Con duración aproximada de 50 minutos, está estructurada en los cuatro movimientos habituales. El segundo de ellos, un Largo que se dice provocó lágrimas en la audiencia el día del estreno; el último, un allegro de atmósfera triunfante con el final apoteósico que lo ha hecho célebre (47:45). Todavía se discute si en este último movimiento Shostakovich hizo concesiones a las autoridades o solo decidió ser irónico.

00:22  Moderato
18:12  Allegretto (scherzo)
23:44  Largo
40:09  Allegro non troppo

La versión es de la Orquesta Filarmónica de Nueva York dirigida por Leonard Bernstein, en Tokio, año 1979.


Amigo visitante:
Si te gustó el artículo, mucho te agradecemos si lo compartes, con un cómodo clic