Canto para matar una culebra
"Sensemayá" es un poema sinfónico del compositor mexicano Silvestre Revueltas inspirado en unos versos del poeta cubano Nicolás Guillén, que llevan ese título acompañado de la apostilla "canto para matar una culebra". Escrito originalmente para grupo de cámara en 1937, un año después el autor transcribió la obra para orquesta de vientos y cuerdas a los que se suma la participación de ni más ni menos que catorce instrumentos de percusión. Paradigma de la complejidad rítmica, es la obra más interpretada del autor en el mundo entero y constituye un punto culminante de su producción musical, a la que dedicó tan solo los últimos diez años de su corta vida.
Efectivamente, Revueltas comenzó a componer "en serio" a partir de los treinta años. Nacido en un municipio del estado de Durango en 1899, comenzó sus estudios de violín a los ocho años, y ya adolescente terminará su formación musical en violín y composición en los Estados Unidos. Antes de comprometerse con la creación musical, y establecido en el país del Norte, visitó México en múltiples oportunidades ofreciendo recitales hasta que en 1929 su paisano Carlos Chávez le invitó a hacerse cargo del puesto de director asistente en la Orquesta Sinfónica de México, que Chávez acababa de crear y de la cual era su director.
Músico e intelectual
Silvestre Revueltas (1899 - 1940) |
Pablo Neruda
Considerado hoy uno de los músicos más originales del siglo XX, Silvestre Revueltas murió pobre y en el olvido. Pero no para todos. El poeta chileno Pablo Neruda asistió a la ceremonia fúnebre y leyó ahí un poema a él dedicado que más tarde formará parte de su monumental Canto General. El "oratorio menor" –así lo llamó Neruda– termina con estas palabras:
Ahora son las estrellas de América tu patria
y desde hoy tu casa sin puertas es la Tierra
La obra
A partir de 1930, Silvestre Revueltas produjo más del noventa por ciento de su catálogo, que incluye piezas orquestales, música vocal, de cámara y para el teatro. Asimismo, alrededor de 1935 incursionó con éxito en música para el cine (el mexicano, naturalmente), género donde sobresale la banda sonora de la película de denuncia social Redes.
Es autor de seis poemas sinfónicos, el último de ellos, Sensemayá, de poco menos de siete minutos de duración, y que por su eficacia para ilustrar musicalmente una ceremonia (el rito cubano de matar a una serpiente) ha sido comparado con lo que, respecto de la Rusia pagana, logró Stravinski con La Consagración de la Primavera.
La versión es de la Filarmónica de Berlín bajo la dirección del destacado maestro venezolano Gustavo Dudamel.
[El video debió ser reemplazado: Hobart Earle dirige la Odessa Philharmonic Orchestra, July 2012, con una ilustrativa introducción].
Amigo visitante:
Amigo visitante:
Si te gustó el artículo, mucho te agradecemos si lo compartes, con un cómodo clic