A lo largo de su vida, el compositor húngaro y notable pianista Béla Bartók compuso tres conciertos para piano y orquesta. El primero de ellos, de gran dificultad técnica, fue estrenado en Frankfurt en 1927, con el autor como solista puesto que había sido escrito precisamente para mostrar las habilidades como pianista del compositor Bartók, de 46 años, y ya bastante conocido, en Europa y EEUU.
No hubo quien no reconociera las altas exigencias técnicas de la obra. Por ello, al acometer la composición de su Segundo Concierto, el mismo Bartók señaló que esperaba simplificar su música, aunque haciendo mayor uso del contrapunto (las dos o más líneas musicales que se complementan). Este énfasis en el contrapunto terminó por convertir la obra en una de las más difíciles jamás escritas. Así lo señaló el maestro András Schiff:
"Para el pianista, es una pieza 'quiebra-dedos'. Es la más difícil que alguna vez haya tocado. Muy a menudo termino con el teclado cubierto de sangre".
La obra fue compuesta en los años 1830-31 y estrenada en Frankfurt con Bartók al piano el 21 de enero de 1933, el mismo mes y año en que Adolph Hitler accedió al cargo de Canciller en Alemania. Fue el último concierto que Bartók dio en Alemania. Muy ajeno a la ideolodía nazi, decidió no volver a tocar allí, rompiendo además con su editor alemán.
Béla Bartók (1881 - 1945) |
Concierto para piano y orquesta No 2, en Sol mayor
Está estrucurado en tres movimientos, pero la seccion central incluye en su interior un movimiento vivo. Fiel a su universo sonoro, las cuerdas, por ejemplo, están ausentes en todo el primer movimiento, y los constrastes entre los movimientos lentos y rápidos de la sección central son brutales. El piano de los movimientos extremos, está ya completamente alejado de la tradición romántica, con pasajes de extrema bravura acompañados de un vigor orquestal inusitado. Junto a todo ello, sin embargo, el adagio de la sección central es uno de los más bellos escritos por Bartók
Movimientos:
00:00 Allegro
10:25 Adagio- Presto- Piu adagio
23:55 Molto allegro
La verisón es de la pianista china Yuja Wang, acompañada por la Orquesta de la Academia de Santa Cecilia, dirigida por Antonio Pappano.