Pre Barroco

EDAD MEDIA  - RENACIMIENTO



La Edad Media

Con la declinación del Imperio Romano, la institución destinada a perpetuar y expandir la herencia musical de la antigüedad fue la Iglesia de la Cristiandad, aunque no fue éste un proceso uniforme. Muchos de los centros culturales de la Iglesia de Occidente desarrollaron características distintas mientras compartían la herencia común de la liturgia hebrea y de la cultura griega.

Sin embargo, la corriente principal de la música eclesiástica se centró en el tipo de canto practicado en Roma. Según la tradición, fue a finales  del siglo VI, con el Papa Gregorio I,  que se procedió a codificar y organizar un gran número de melodías tradicionales que constituyeron la base para el posterior desarrollo del arte musical occidental –el canto gregoriano, monofónico, también llamado “canto llano”. A estas melodías se les asignó un determinado papel en los diversos servicios del año litúrgico; algunas de ellas fueron destinadas a la Misa, y otras, a los oficios divinos como Maitines, o Vísperas.

Polifonía
Al tiempo que el repertorio gregoriano se expandía, se vio enriquecido alrededor del s. IX por un concepto revolucionario destinado a dar un giro radical al arte de los sonidos que perdurará por cientos de años: la polifonía, es decir, el sonar simultáneo de dos o más líneas melódicas. Esta práctica emergió gradualmente y se especula que su origen podría estar, entre otros, en las naturales diferencias de registro vocal de los cantores quienes preferían cantar en el registro que más les acomodaba.

Cualquiera fuese su origen, el dramático abandono de la tradicional monofonía ya era una práctica establecida alrededor del 900, como lo atestigua su descripción en el manual para cantores Musica enchiriadis, uno de los principales documentos musicales de la Edad Media. Dada una melodía en “canto llano”, llamada vox principalis, podía agregarse “por debajo” una segunda voz (vox organalis) a la distancia (intervalo) de una cuarta o una quinta (cuatro o cinco notas más baja). A este tipo de canto se lo llamó “organum”.

Guido d'Arezzo (c. 991 - 1033)
Otro documento importante de la época es el Micrologus, escrito a principios del s. XI por el teórico Guido d’Arezzo. La obra sienta los principios que serán cruciales para el posterior desarrollo de la polifonía. A la independencia melódica se agregó la independencia rítmica, haciendo que la voz agregada pudiera cantar dos o más notas “contra una” del canto llano original.

Medio siglo después de la muerte de Guido, el desarrollo se aceleró cuando el canto llano pasó a ser la voz baja antes que la alta. Posteriormente, el papel del canto llano se redujo todavía más al pasar sólo a sostener cada nota mientras la parte organal (la vox organalis) se complacía en libres “melismatas” (grupos de notas cantadas con una sola sílaba), improvisadas o no. Este nuevo estilo se llamó organum purum.

La Escuela de Notre Dame y el motete
A principios del s. XII el centro de la actividad musical se trasladó a París, a la iglesia de Notre Dame. Allí, los compositores de la época incorporaron los patrones rítmicos ya conocidos de la música secular, agregando una parte más al “canto firme” (el canto llano preexistente, o “dado”). Así nació una forma musical llamada “clausula”, que luego se transformará en el “motete” cuando se agregaron palabras a la nueva parte, o partes, agregadas. Finalmente, a cada parte agregada se le sumó un texto propio, lo que resultó en el clásico motete parisiense: una composición de tres partes con una sección en canto llano y dos secciones más rápidas, éstas con su texto secular en francés. El motete, aparentemente, tenía funciones tanto litúrgicas como seculares.

Ars Nova
A principios del s. XIV apareció el influyente tratado Ars Nova escrito por el compositor Philippe de Vitry, donde registró las innovaciones de la época, especialmente en cuanto a métrica y armonía. Mientras la música del siglo XIII había permanecido organizada ya sea alrededor de los ritmos “modales” triples derivados de la música secular, o ligada a un vocabulario armónico basado en consonancias “perfectas” (unísono, cuartas, quintas, octavas), el Nuevo Arte del s. XIV hará uso de divisiones dobles o triples del pulso básico y va a impulsar una especial afición por los intervalos armónicos de terceras y sextas.
Al mismo tiempo, en Florencia, centro musical de la Italia del s. XIV, los compositores comenzarán a trabajar en nuevas formas, como madrigales y caccias, esta última una canción a tres voces sobre la base de imitación melódica.

La canción monofónica secular
Es indudable que la música secular gozó de buena salud durante la temprana Edad Media. Las primeras referencias de tal música nos describen la música de los “goliardos”: clérigos menores itinerantes y estudiantes que, desde el s. VII, recorrían la tierra cantando y tocando canciones que hablaban de amor, guerra, hambrunas, y otros tópicos de la época.

En Francia, el surgimiento de una tradición musical secular de gran desarrollo a principios del s. XII, es muestra de que el arte venía desarrollándose de manera continua desde mucho antes. Parcialmente motivado por el modo de ser caballeresco generado por las Cruzadas, se generó en el sur de Francia un nuevo estilo de vida entre la nobleza. Los trovadores, según se llamaban a sí mismos, recorrían las principales cortes de la región, dedicados a escribir y cantar poesía en lengua vernácula, y cuyo mayor florecimiento tuvo lugar en Provenza durante los siglos XII y XIII.

A mediados del siglo XII, nobles del norte de Francia, como Adam de La Halle, tomaron para sí el pasatiempo, pasando a llamarse “trouvères”. En Germania, un grupo similar conocido como Minnesingers, liderado por Walther von der Vogelweide, inició sus actividades alrededor de 1150 y continuó en ello por casi un siglo después de que su contraparte francesa había abandonado las propias.

A finales del s. XIII, las clases burguesas alemanas comenzaron a imitar a los aristocráticos Minnesingers. Se dieron en llamar Meistersingers, y estuvieron vigentes por más de 500 años, organizándose en fraternidades y siguiendo estrictas reglas en poesía, música y representaciones.

El más famoso de ellos, Hans Sachs, fue inmortalizado en el siglo XIX en la ópera de Richard Wagner, Die Meistersingers von Nürnberg. Poco se sabe de actividades similares en Italia, España o Inglaterrra, aunque muy asociados a ellos están los músicos de profesión de los sectores rurales llamados juglares (“minstrels” en Francia, “Gaukler” en Alemania, y scops o gleemen en Inglaterra).

Aunque monofónico, de rango limitado y estructurado por secciones, el estilo musical creado por los trovadores fue adoptado por cada uno de los grupos que les sucedieron, dando lugar al desarrollo de una gran variedad de patrones formales en los cuales las estructuras poética y musical estaban fuertemente relacionadas.
La estructura más característica –la ballade, llamada forma Bar en Alemania, y que sigue el patrón AAB– se va a convertir en la forma favorita de compositores de música polifónica, entre ellos, especialmente, Guillaume de Machaut, el más reconocido maestro francés del periodo Ars Nova.


El Renacimiento

El Concierto.  Gerard van Honthorst (1623)

La corte de Burgundy
Pese a que el término Renacimiento no es fácil de aplicar a la música, si adherimos al concepto común en uso podemos convenir en aceptar como comienzo de la música de la época renacentista el florecimiento y la secularización que la música experimentó a principios del s. XV, particularmente, en la corte de Burgundy. Desde luego, para la época eran evidentes muchas manifestaciones de un renacimiento cultural: el interés por la literatura de la antigüedad clásica, la mengua en la autoridad e influencia de la iglesia, el creciente Humanismo, el florecimiento de centros urbanos y universidades, y la creciente pujanza económica de los estados de Europa occidental.

Como manifestación de su interés por cultivar una vida garbosa, la nobleza clerical y del estado competían por mantener músicos residentes que pudieran servir tanto a la capilla como al salón de banquetes. El frecuente ir y venir de estos músicos refleja que las nuevas técnicas y gustos musicales se propagaban rápidamente. Debido en parte a su pujanza económica, Burgundy y su capital Dijon se convirtieron en el centro de la actividad musical europea así como en el foco intelectual y artístico del norte de Europa durante la primera mitad del s. XV. Las cortes de Felipe el Bueno y Carlos el Temerario atrajeron así a los principales músicos de Europa occidental, desarrollando allí nuevas técnicas y aportando ricas armonías.

La escuela franco-flamenga
Un momento clave en la historia de la música es el que se dio a mediados del s. XV. La caída de Constantinopla en 1453 y el fin de la Guerra de los Cien Años por las mismas fechas incrementaron el comercio desde Oriente y, con ello, la prosperidad en Occidente. Pero más importante, en términos de la música, fue la penetrante influencia de músicos provenientes de los Países Bajos, cuyo dominio de la escena musical durante la última mitad del s. XV se ve reflejada en las designaciones del periodo como la Escuela Neerlandesa y la Escuela Franco-Flamenga. Estos músicos viajaban por Europa residiendo en las cortes principescas en respuesta a su gran demanda, incluyendo aquellos de la familia Medici en Florencia y los Sforza en Milán. La invención y el desarrollo de la imprenta impulsaron aún más la propagación de estos conocimientos.

Jan van Eyck (1395 - 1441). Retablo de Gantes. Angeles cantando (detalle)

A finales del s. XV, la música polifónica vocal había agregado una cuarta voz a las tres típicas de la música de Burgundy. Esta cuarta voz iba más abajo que el tenor, con lo que aumentaba el registro total y la amplitud del sonido. Más aún, la existencia de cuatro voces permitía los contrastes de textura, permitiendo, por ejemplo, que dos voces altas cantaran solas un pasaje para que luego las dos partes bajas le hicieran eco, lo que se conoció como el estilo “dueto”. También era común el “estilo familiar”, donde todas las secciones se mueven juntas en acordes, proveyendo más medios de contraste de texturas. Además, la gran variedad de técnicas rítmicas que aparecieron durante el s. XIV y principios del s. XV hicieron posible una amplio rango de expresión, desde la serena tranquilidad que reclamaba la música sagrada hasta la animosa música secular.

Música instrumental
Durante el curso del s. XVI, la música instrumental se desarrolló rápidamente, junto con las técnicas propias de cada instrumento que van a permitir ahora los ritmos fuertemente acentuados, notas repetidas rápidamente, líneas melódicas de amplio rango interválico, así como melodías ricamente ornamentadas.
Los principales vehículos para la música instrumental del periodo fueron el laúd, el órgano, y diversos teclados de cuerdas pulsadas, con todos los cuales se podía conformar también conjuntos instrumentales. El más popular de todos era, por lejos, el laúd, aunque no servía de mucho para las notas sostenidas. El órgano, por su parte, a causa de su asociación con la música litúrgica, siguió siendo un instrumento importante.

"Harpsichord"
Los “teclados” de la época eran básicamente de dos clases. Por un lado, estaba la familia del “clavecín” (harpsichord) en que las cuerdas son rasgueadas con una púa de pluma de ganso, con todas sus variantes: virginales, espinetas, clavecín, clavicémbalo. Por otro, el clavicordio, en el que las cuerdas son percutidas por una lengüeta de metal.

Los conjuntos instrumentales del Renacimiento no estaban estandarizados y podían incluir diversos instrumentos de acuerdo con la disponibilidad de ejecutantes. Los instrumentos más comunes eran las violas, algunos instrumentos de viento, y también los de metal como la corneta y el “sacabuche”, un antepasado del trombón. Todas las diversas formas de música instrumental eran ejecutadas por conjuntos, con excepción del “preludio” y la “tocata”, que eran obras esencialmente para teclado.

La rápida acumulación de nuevas técnicas musicales y recursos produjo una amplia gama de expresiones artísticas, al tiempo que la invención de la música impresa ayudó a la propagación de estas nuevas técnicas. En una época en que la música era esencialmente una habilidad social, los compositores comenzaron a escribir música más ligada a lo secular, a la que se aplicaba un menor número de restricciones, y donde la experimentación y la novedad serán aplaudidas en los años por venir.

Fuente: Tomado de Encyclopaedia Britannica, edición 1984, en traducción libre.

16 comentarios :

  1. Completo informe, serio y de gran importancia, muestra las diversas formas musicales a través del tiempo generando conciencia sobre el tema.

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  2. Hola, María Sonia: Muchas gracias por tu comentario. Saludos.

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  3. Hola, Hector: Gracias por tu comentario. Saludos.

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  4. Hola, Rafael. Gracias por dejar aquí tu comentario. Saludos.

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  5. gran articulo. me gustaria acoplarle, si fuera posible, nombres de los musicos que pudieron perpetuarse, y/o un catalogo minimo de obras y autores. Gracias.

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  6. Hola, Anónimo: Buena idea. (Creí que ya los tenía. Veo que no.) Envíalos. Ya veo cómo los incorporo. Gracias.

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  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  8. Hola, Manuel12: Gracias. Y agradezco el comentario. Saludos.

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  9. Tu información me ha sido útil. Gracias

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    1. Pues me alegro mucho. Saludos y gracias por el comentario.

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  10. HOLA SOY CARLOS HERNANDEZ, LA MUSICA ES Y SERA TODO PARA MI, GRACIAS POR LA PUBLICACION ES MUY ILUSTROSA.

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    1. Hola, Carlos. Gracias a ti por tu comentario. Saludos.

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