miércoles, 19 de junio de 2019

Benjamin Britten: Concierto para violín


El compositor británico Benjamin Britten todavía no cumplía veinte años cuando la política europea entró en una etapa compleja. El 3 de septiembre de 1939, en respuesta a la invasión del ejército alemán a Polonia, Gran Bretaña le declaró la guerra a Alemania. Cuatro meses antes, en compañía del tenor Peter Pears, su pareja sentimental, Britten había dejado Inglaterra por Estados Unidos. Allá permanecerá hasta abril de 1942. Un declarado pacifista, Britten entendió perfectamente que su postura humanitaria no sería bien recibida en una Inglaterra en plena guerra, tanto más cuanto provenía de un artista que era gay.


Cuando regresó a Inglaterra, un juez debió decidir su futuro como potencial combatiente. Pudo haber sido incorporado a la retaguardia, en funciones no combatientes, pero el juez tomó una decisión muy sabia: el mejor servicio que Britten podía brindar a Inglaterra era seguir escribiendo música. Y es precisamente lo que hizo. Muy pronto se ganará una reputación como el mejor compositor británico desde Henry Purcell, dos siglos y medio atrás.

Benjamin Britten (1913 - 1976)
Aún antes de la Segunda Guerra, los sentimientos antibélicos de Britten se habían robustecido a raíz de la tragedia de la Guerra Civil Española. En 1936 había viajado a Barcelona para participar en un festival de música contemporánea con su suite opus 6, con él al piano y su amigo Antonio Brosa al violín. Allí tuvo la oportunidad de escuchar el Concierto para violín de Alban Berg, concierto "tipo requiem" del cual quedó prendado. Esa fue su inspiración para escribir una obra propia para violín con un carácter conmemorativo similar. Según Brosa, el tercer movimiento fue concebido como tributo a los voluntarios británicos que habían caído combatiendo a las fuerzas fascistas en España.

Concierto para violín Opus 15
Dedicada a su antiguo maestro en el Royal College of Music, la obra fue estrenada en Nueva York en marzo de 1940, siendo calurosamente recibida por la crítica. Un colaborador del New York World Telegram, complacido, hizo un comentario muy personal: "Mr Britten, un larguirucho muchacho de 26 años subió a escena después del concierto y saludó al público algo tímida y desgarbadamente. Siendo franco, no parecía ser el autor de este concierto. Pero, en música, nunca se sabe."

Movimientos:
Son tres, en inusual secuencia lento-rápido-lento. Se tocan sin interrupción.
I  Moderato con moto - Agitato - Tempo primo
II  Vivace - Animando - Largamente - Cadenza
III  Passacaglia. Andante Lento

La versión es de la violinista holandesa Janine Jansen, acompañada de la Orchestre de Paris bajo la conducción del director ruso Paavo Järvi.


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sábado, 1 de junio de 2019

Wagner: El Holandés Errante - Obertura


A comienzos de 1839, Richard Wagner, de 26 años, fue contratado como director de la ópera nacional de Riga, la capital de Letonia. Un extravagante estilo de vida unido al retiro de los escenarios de su esposa, la cantante Minna Planer, le hicieron incurrir en grandes deudas. Imposibilitado de afrontarlas, ideó un plan para evadir a sus acreedores. Terminaría la obra en que trabajaba, la ópera Rienzi, con la idea de representarla en París y hacer con ella algún dinero. Hacia allá se largó, vía Londres.

La leyenda del barco fantasma
Luego de cruzar ilegalmente la frontera prusiana, la pareja se embarcó en un navío en el que vivirían la peor experiencia navegante de sus vidas. Enfrentado a una serie de tormentas, el barco pudo por fin guarecerse en un fiordo noruego luego de días de interminable lucha con un mar embravecido. Llegaron a Londres tres semanas después de haber abandonado Riga. La experiencia hizo recordar a Wagner la antigua leyenda del barco fantasma, el barco imposibilitado de recalar, obligado a surcar los mares de por vida, en busca de redención.


Y ya en París, las cosas tampoco mejoraron. Wagner no pudo conseguir trabajo como director y la Ópera de París se negó a llevar a escena su Rienzi. La pareja se vio enfrentada a grandes penurias económicas, debiendo vivir de la ayuda de amigos y del escaso dinero que Wagner podía conseguir mediante la publicación de artículos de música y la copia de partituras. En esas circunstancias, echó mano de su reciente experiencia e ideó la composición de una breve obra en un acto sobre la leyenda del barco fantasma, que en algunas versiones tiene como capitán a un holandés, un "holandés errante".

Richard Wagner (1813 - 1883)
Un fracaso rotundo
La obra estaba destinada a fungir como "apertura de cortinas" para un ballet, en la Ópera.
Wagner se basó en una sátira de Heine que recogía la leyenda del holandés errante, modificando la historia para presentar al capitán errante como un personaje maldecido que solo puede redimirse por el amor leal de una mujer. El libreto, con el título de "El Barco Fantasma", y junto a tres pasajes importantes de la ópera, fueron dados a conocer en julio de 1841 a la Ópera de París, que acordó comprar los derechos a Wagner por 500 francos, y encomendar la música y el libreto en francés a otros artistas.
"El Barco Fantasma" fue un fracaso rotundo. Luego de su estreno, en noviembre de 1842, caerá en el más completo olvido.

Der fliegende Holländer
En el ínterín, durante el verano de 1841, Wagner escribió el resto de la ópera, ampliando la obra a la más tradicional forma en tres actos, y ahora titulada Der fliegende Holländer. El libreto inicial ambientaba la obra en Escocia. Wagner cambió los nombres de los personajes y la ambientación a Noruega, en un intento por tomar distancia del fracasado Barco Fantasma.
Fue estrenada en Dresde en enero de 1843, bajo la dirección del autor, pero no fue el éxito que Wagner anhelaba. Al poco tiempo, sin embargo, ganó en popularidad y se convirtió en favorita del público hasta el día de hoy, pues pese al desencanto inicial, es una de las óperas más accesibles del autor alemán.

El Holandés Errante - Obertura
La obertura es la última sección que escribió Wagner. En ella están contenidos todos los leitmotiv de la obra, aquellos célebres pasajes musicales que ilustran y acompañan ya sea a los personajes o las situaciones por las que estos atraviesan conforme a la trama, y de los cuales hizo Wagner su marca de fábrica para el resto de su obra.
Se inicia con un motivo que podríamos llamar "oceánico", o "tormentoso".

La versión es de la Orquesta Sinfónica de Chicago dirigida por sir Georg Solti.



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