La Danza de los Caballeros es uno de los números musicales de Romeo y Julieta, ballet en cuatro actos del compositor ruso Sergei Prokofiev. Compuesto entre los años 1935-36, no era la primera vez que el autor incursionaba en el género. Antes de 1930 ya había compuesto tres ballets, más breves, escritos para los Ballets Rusos de Diaghilev. Romeo y Julieta es el primer intento por escribir un ballet de gran aliento, que habrá de convertirse en una de las grandes obras maestras del compositor y, a través de las tres suites extraídas de la partitura coreográfica, en una de sus obras más populares.
Una variante audaz
En 1935, las autoridades de Leningrado habían puesto el grito en el cielo a propósito de las últimas entregas de Shostakovich y otros "modernistas degenerados", como los calificó Pravda. De modo que la novedosa idea de incorporar a la obra de Shakespeare un final feliz (no está claro si de los libretistas o del propio Prokofiev) hubo de ser rápidamente olvidada.
Si a ello se suman las dificultades que, rítmicamente, presentaba la obra a los bailarines, no es de extrañar que la premiére fuera pospuesta una y otra vez. Finalmente, va a ser estrenada en Brno, Checoslovaquia, en 1938. Prokofiev no podrá asistir, debido a las restricciones de salida.
S. Prokofiev (1891 - 1953) |
Como era lo habitual, y también debido a las dilaciones del estreno, el compositor extrajo tres suites orquestales de la obra coreográfica. Antes del estreno del ballet completo, su música pudo escucharse en Moscú y Estados Unidos, proveniente de las tres suites, principalmente la No 2, que contiene la pieza titulada Montescos y Capuletos, de cuyas dos secciones la principal es la Danza de los Caballeros.
La calurosa acogida de las suites impidió que Leningrado siguiera esperando. El Teatro Kirov (hoy, Mariinski) montó el ballet el 11 de enero de 1940, con nuevas secciones incorporadas. De ahí en más, el ballet y los caballeros danzantes solo conocieron el éxito.
Danza de los Caballeros
El ballet contiene 52 números de danza. La Danza de los Caballeros es la pieza número 13, y con extensión de poco más de cinco minutos, hace aparición en la segunda escena del primer acto. Marcada allegro pesante, se supone que representa la odiosidad que alimenta a Montescos y Capuletos, y presagia la fatalidad que caerá sobre ellos. Con abundante presencia en series de televisión, publicidad, y ampliamente difundida gracias a arreglos de bandas rockeras, la pieza también acompaña, curiosamente, a un club de fútbol inglés de segunda división en su entrada al campo de juego. Prokofiev tenía en alta estima la obra, pero jamás imaginó que veríamos a jugadores de fútbol pisar el pasto a los sones de su ballet.
Valery Gergiev dirige la Orquesta Sinfónica de Londres.
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Hola, Joaquín: Muy cierto. Gracias por tu comentario. Saludos.
ResponderEliminarHola Dago, sólo te dire que siendo yo muy pequeña, tendría unos 8 o 9 años y estando ya acostada en mi cama escuché el televisor que retransmitia esta pieza. Me levanté de inmediato como en estado de trance para seguir escuchándola y hasta mis padres se asombraron al oirme saltar de la cama y seguir fervientemente la música. Fue algo mágico y desde entonces el Baile de los Caballeros me cautivó por completo, esa fuerza innegable, ese magnetismo increible, me enamoró de inmediato!
ResponderEliminarQueria comentaros con esto mi opinion sobre esta extraordinaria obra, pura pasión. Te envio un afectuoso saludo desde Barcelona, España.
Me he visto a mí misma en tu mensaje. Correría el año 74 en Llanes, una pequeña villa marinera y yo tendría 8 años. Fui a un ensayo de ballet y de improviso sonó la “danza de los caballeros” , todo desapareció y solo existía aquella sublime e hipnótica música, quería atraparla y que no callara nunca, pero en aquella época no teníamos el “ poder de manifestación” que tenemos ahora. Indagué y conseguí saber qué y de quién era, Prokofiev fue entronizado en mi vida absolutamente, conseguí el disco y la aguja se iba sola al surco donde comenzaba la “Danza de los caballeros” la música más cautivadora que he escuchado jamás.
EliminarMuy bonito, Anónima. Me enternece oír este tipo de comentarios. Personas que no conozco dando luces sobre sus historias, de pequeñito, que las llevó a enamorarse de la música. Muchas gracias y saludos.
EliminarAh! Disculpa, mi nombre es Sonia Lores
ResponderEliminarHola, Sonia: Yo también quedé en trance leyendo tu comentario. Me parece increíble que una niña tan chiquita haya sido cautivada ni más ni menos que por Prokofiev. Te felicito, y te envidio. Mi encuentro con "los caballeros" fue muy posterior. Agradezco inmensamente tu comentario, un relato hermosísimo y conmovedor. Te devuelvo el saludo, muy afectuoso, desde Chilito, por acá, súper lejos. Saludos a Barcelona. Que la música no nos abandone nunca, y gracias otra vez.
EliminarDe nada Dago, pues sí, así fué como ocurrió... Y mi mayor alegría es que mi hijo aprendió lenguaje musical y ahora con 15 años toca estupendamente el piano.
ResponderEliminarOtra pieza que siempre me ha conmovido enormemente ha sido el Canon de Pachelbel, delicada y bellisima en su forma.
Gracias por tu blog. Me emocionó mucho tu artículo y me transportó en un viaje de emociones, puesto que la música es emoción, a mi infancia de nuevo. Un abrazo muy fuerte.
Hola, Sonia: Gracias por continuar el diálogo. Me alegro por tu hijo y sus estudios, y que le vaya súper bien. En algún lugar de este blog se habló alguna vez de Pachelbel y su canon, creo. Hasta la próxima, un gran abrazo también, y muy agradecido por el diálogo.
EliminarUna de las piezas más bellas que he escuchado.
ResponderEliminarHola: Me alegro. Gracias por tu comentario. Saludos.
EliminarPara mi la mejor version que escuche es la de Valery Gergiev
ResponderEliminarDe maravillas. Muchas gracias.
ResponderEliminarGracias a ti por el comentario. Saludos.
EliminarHola Dago , enhorabuena por el blog. Lo he conocido ahora y me resulta muy interesante.
ResponderEliminarTe quería preguntar por la danza de los caballeros. Recuerdo haberla oído hace muchos años en la tele. ¿ Recuerdas en qué series aparecía?
Muchas gracias.
Perdona, me llamo Alvaro.
ResponderEliminarHola, Alvaro: Tengo tambièn esa misma sensaciòn, pero no he podido saber cuàl. Saludos y gracias x la pregunta. Quizàs alguien sepa.
EliminarHola. Esta pieza, que a mí también me fascinó de pequeña, salía en la serie de TV1 El conde de Montecristo. Ahí es donde yo la conocí
ResponderEliminarHola: Muchas gracias. Te lo agradecemos todos. Saludos.
EliminarMuchas gracias, es de esas cosas tontas que te hacen comerte el coco.
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