El mismo año que JS Bach y GF Haendel vinieron al mundo, en 1685, nació en Nápoles el compositor italiano Doménico Scarlatti, hijo del compositor de óperas Antonio Scarlatti, y el más destacado de diez hermanos, todos ellos músicos. Como era de esperarse, fue su padre quien guió sus primeros pasos en la música y para el año 1701, aún adolescente, va a ser nombrado organista de la capilla virreinal, en Nápoles.
Como resultado de estos "pololitos" (a Chilean word), Doménico y el embajador portugués forjaron una estrecha unión que condujo a Scarlatti a instalarse en Lisboa, como maestro de capilla de la catedral, en la corte de Juan V de Portugal. A ello debía sumar su función como profesor de clave de los hijos de Juan, entre ellos, la encantadora María Bárbara de Braganza, de tiernos ocho años, que va a mostrar notable talento para la música y destacar en su madurez como mecenas de las artes.
Doménico Scarlatti (1685 - 1757) |
Diez años más tarde, a sus dieciocho años, María va a contraer el sagrado vínculo con el príncipe de Asturias, quien se convertirá posteriormente en Fernando VI, y con ello, María Bárbara va a devenir en reina consorte de España.
Los estrechos lazos forjados entre María y Doménico impidieron que la futura reina abandonara a su profesor de clave y por ello se lo llevó a España, primero a Sevilla y más tarde a Madrid, luego que su esposo fuera coronado. Durante largos años, Doménico Scarlatti seguirá siendo el maestro de clave de la reina María Bárbara.
Los "ejercicios"
En nuestros días, Doménico Scarlatti es principalmente recordado por sus sonatas breves escritas para clave, destinadas a la recreación de la familia real. Alrededor de 550 sonatas, de un solo movimiento, también llamados "ejercicios", escribió Doménico a lo largo de su vida. Predomina en buena parte de ellas un estilo italiano, aunque también se reconocen aires portugueses y otros de talante español.
La brevedad de esas composiciones obliga a que solo sean ejecutadas como "encores" o bis, por los músicos de nuestro tiempo. La pianista Martha Argerich nos ofrece esta posibilidad al abordar la sonata en re menor, K. 141, al término de un concierto, en 2008, en Turín. Dos de las principales innovaciones de Scarlatti en el teclado son claramente reconocibles aquí: rápidas repeticiones de notas y cruce de manos.
(La obra de Scarlatti fue compilada por el clavecinista americano Ralph Kirkpatrick, de ahí la letra K en el catálogo).
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