viernes, 30 de noviembre de 2018

Haydn: Sinfonía No 104, "Londres"


De las 104 sinfonías que, con certeza, escribió Joseph Haydn, un total de doce fueron compuestas en Londres, pero solo la última de ellas será conocida como la Sinfonía "Londres". La obra resultó ser, también, la sinfonía con que dio término a toda su producción en el género.
Dos veces visitó la isla el maestro. La primera, en 1791, invitado por el violinista y director alemán Johann Peter Salomon, quien hacía diez años se había radicado en Londres y convertido desde entonces en un exitoso empresario de la música. Salomon se encontraba en el continente cuando se enteró de la muerte del patrón de Haydn, el príncipe Nicolás Esterházy, y del escaso interés del hijo del príncipe por mantener la tradición musical de la familia. Sin perder un segundo, Salomon partió a Viena. De visita en casa del maestro, le pintó un irresistible panorama londinense.


Primer viaje: 1791 1792 
El día de año nuevo, el 1 de enero de 1791, Haydn desembarcó en Dover. Era la primera vez que ponía pies en tierra extraña. Salomon tenía razón: el maestro no pudo rechazar su oferta. Por una ópera, seis sinfonías y un par de piezas misceláneas, el empresario ofreció mil libras, garantizando doscientas más por un concierto a beneficio. Un año y medio permaneció el maestro en Inglaterra, cosechando éxitos y recibiendo homenajes. Escuchó su música interpretada en todos lados. Fue invitado al baile de cumpleaños de la reina. La Universidad de Oxford le nombró doctor honoris causa.

Segundo viaje: 1794 - 1795
En julio de 1792, regresó a Viena. Dio unas breves lecciones a un muchacho de 21 años, Ludwig van Beethoven, pero la relación no fue de las mejores. Tampoco iban por buen camino ni su matrimonio ni su relación de catorce años con la cantante Luigia Polzelli. Así que recibió encantado la propuesta de regreso a Londres que Salomon le hizo llegar.
El maestro abandonó Viena el 19 de enero de 1794 y permaneció en Londres otro año y medio. Durante la visita, a causa de la guerra con Francia, Salomon enfrentó serias dificultades de operación. Tomó el recambio el violinista y también empresario Giovanni Battista Viotti. A él correspondió el honor de organizar el estreno de las tres últimas sinfonías de Haydn: las que hoy llevan los números 102, 103 y 104.

Sinfonía No 104, en Re mayor, llamada "Londres"
Tuvo su estreno en el King's Theatre el 4 de mayo de 1795. El programa contó exclusivamente con música de Haydn, incluida la Sinfonía No 100, también llamada "Militar", la que para la fecha se había convertido en el mayor éxito londinense de su segunda visita. "La gente estuvo muy complacida, y también lo estuve yo", anotó Haydn en su diario, agregando: "Me gané 4.000 gulden esa noche. Una cosa así solo ocurre en Inglaterra".

Movimientos
Son los tradicionales cuatro. Si descontamos su dramático inicio, se desarrollan siguiendo la típica secuencia: rápido - lento - rápido, con el minueto / trio intercalado antes del movimiento de cierre. El andante presenta un sencillo tema que tras su desarrollo se torna conmovedor. El minueto, muy vivo, con divertidas síncopas; el trio, dulcemente lirico. Para el Finale el maestro echa mano al folklore: la melodía principal es una canción croata que probablemente Haydn escuchó alguna vez en Eisenstadt, donde los Esterházy tenían su palacio de invierno.

00:00  Adagio - Allegro
09:42  Andante
16:53  Menuetto. Allegro - Trio
21:56  Finale. Spiritoso

La versión es de la Orquesta Filarmónica de Viena, con la conducción del maestro holandés Bernard Haitink.



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martes, 27 de noviembre de 2018

Scriabin: Estudio Opus 2 No 1


El compositor ruso Alexander Scriabin integra la larga lista de talentosos compositores que se fueron tempranamente de este mundo, sin ver logrados sus más atrevidos proyectos.
Mysterium se llamó su último trabajo, una pieza de características grandiosas que duraría toda una semana, destinada a estrenarse en las faldas de los Himalaya, incorporando los sentidos de la vista, el sonido, el olfato y el tacto. Luego del estreno –creía el autor– el mundo se acabaría, esfumándose en medio de una gran dicha, dando paso a una raza humana nueva, integrada por seres más nobles.
Imposible decir que Scriabin no apuntó alto. Pero el destino no le acompañó. Alexander Scriabin falleció en Moscú a los 43 años a causa de la septicemia provocada por la picadura de un mosquito.

Alexander Scriabin (1872 - 1915)
En simultaneidad con su etapa mística, el autor también coqueteó con el dodecafonismo, al final de su vida. Pero en sus comienzos, como virtuoso del piano, se vio influido por los pianistas románticos de la primera mitad del s. XIX. Es una etapa en que escribe fundamentalmente para el piano, trabajando en los géneros que Chopin utilizó sin descanso: preludios, nocturnos y estudios escritos en un lenguaje abiertamente tonal. Las texturas y armonías inusuales vendrán después.

También escribió sonatas y un Concierto para piano, pero hoy es recordado principalmente por sus trabajos más tempranos, los que hoy resultan ser piezas esenciales del repertorio pianístico, entre ellas los 24 Preludios del Opus 11, rebosantes de lirismo y poesía.

Asimismo, sobresalen por su precocidad las Tres Piezas del Opus 2, un conjunto de tres Estudios escritos en el periodo 1887-1889, el primero de ellos cuando el autor tenía quince años, en una época en que, desde luego, era un ferviente admirador de Chopin y Liszt.

Estudio Opus 2 No 1, en Do sostenido menor
La influencia del músico polaco es aquí innegable. Más todavía, no es difícil adivinar el Estudio de Chopin en que está inspirado: el No 7 de la serie de los Estudios del Opus 25, aquellos dedicados a Marie d'Agoult, la pareja de Liszt en la época.
Las armonías son "chopinianas" y el tono emocional de la pieza también. Sin embargo, la melodía trae a la memoria, característicamente, la música gitana rusa, por su exotismo, algo melancólico. Es una pieza lenta y más bien sombría, sin embargo, en sus escasos tres minutos de duración presenta al intérprete no pocas dificultades a la vez que ofrece al oyente un atractivo innegable.

La versión es del maestro ruso Vladimir Horowitz.



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jueves, 15 de noviembre de 2018

Liszt: "Los Preludios" - poema sinfónico


Aunque se acostumbra señalar a Franz Liszt como el inventor del poema sinfónico, el término no es de su autoría, y se diría que nació casi impensadamente. Mientras estuvo en Weimar (1842-61) el maestro escribió doce trabajos en el género, en compañía de su princesa escritora Carolyne von Sayn-Wittgenstein, quien colaboró con los textos que por lo general los acompañaron.


El tercero de ellos, llamado "Los Preludios", fue el primero que llevó el título de "poema sinfónico", aunque en carta a uno de sus editores, de febrero de 1854, Liszt presenta la obra simplemente como "uno de mis nuevos trabajos orquestales: los Preludios".
Dos días después, sin embargo, un periódico de Weimar anunciaba el estreno de la obra con las palabras: "Les preludes - symphonische Dichtung" (Dichtung = poema). Nacía así un nuevo género, el poema sinfónico, que tendrá excelsos continuadores, de la talla de Smetana, Dvorak, o Richard Strauss.

Considerado el germen de la "música programática" del siglo XIX, se lo define, en términos generales, como una forma musical en la que una fuente literaria, o de otro orden, proporciona la base narrativa para una obra orquestal de un solo movimiento. Los poemas sinfónicos de Liszt, particularmente, pretenden inspirar al auditor en la evocación de escenas, imágenes, o estados de ánimo.

Liszt (1811 - 1886), en 1856
En el caso de Los Preludios, el más popular de ellos, el maestro "reacondicionó" materiales musicales con los que ya contaba, organizándolos de modo que contaran una cierta historia, que contuvieran algún tipo de trama. No era fácil. Pero encontró la solución en un poema de Lamartine, llamado, justamente, Los Preludios.
Ahora bien, la conexión precisa entre el poema de Lamartine y la música de Liszt es más bien vaga, aparte del hecho de que ambas obras mezclan, o comparan, o contrastan, elementos idílicos y de cruda realidad. La obra contiene cuatro secciones que se enfocan, sucesivamente, en el amor, la guerra, la vida campestre, y el destino.

Y como se trataba de iniciar el camino de la música programática, Liszt agregó al programa del estreno un largo texto que comienza con estas palabras:
¿Qué es nuestra vida sino una serie de preludios a una canción desconocida, de la cual la primera nota solemne es la que hace sonar la muerte? 
El texto continúa, fatigosamente romántico, con referencias al amor, el destino y la muerte por aquí y por allá. El público que asistió al estreno, el 23 de febrero de 1854, en Weimar, se fue a su casa convencido de que les habían regalado trozos de la prosa de Lamartine. Hoy, se cree que tienen origen en la ilimitada locuacidad estilística de Carolyne, la princesa escritora.

Algunos trozos de la obra se han integrado a la cultura popular. El más reconocido hace su primera aparición en el minuto 2:41.

Daniel Barenboim dirige la Filarmónica de Berlin.


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domingo, 4 de noviembre de 2018

E. Chausson: Poema para violín y orquesta


El compositor francés Ernest Chausson nació con suerte, pero murió sin ella. Fue el hijo que sobrevivió a la muerte temprana de sus dos hermanos, tragedia que no cuenta, por supuesto, en el inventario de su buena fortuna. Pero a partir de esos hechos concretos se convirtió en el hijo mimado, en la "niña de sus ojos" para sus atribulados aunque muy acaudalados progenitores. Su padre, llamado Prosper porque el destino es perspicaz, fue un reconocido contratista de obras públicas que estuvo ahí, en París, en tiempos del Segundo Imperio, cuando a Napoleón III se le ocurrió redibujar la Ciudad Luz, remodelando sus edificios, avenidas, parques y jardines.


De modo que Ernest no necesitó trabajar un día en su vida. Poseedor, desde niño, de diversos talentos para la pintura, la filosofia, o la literatura, de adolescente sumó la música a su vasto caudal de intereses. Cuando finalmente se decidió por la composición musical como proyecto de vida, sus padres aplicaron la corrección indispensable en estos casos: le enviaron a la universidad a estudiar leyes. El joven Chausson juró como abogado en 1877. Pero ese mismo año cambió de rumbo. El logro más notable de aquel año no será su juramento sino la composición de su primera canción, Les Lilas.

Ernest Chausson (1855 - 1899)
En el Conservatorio de París
Chausson nunca ejercerá la profesión. Dos años más tarde, en 1879, cuando tenía 24 años, el abogado ingresó al Conservatorio de París para estudiar composición con el maestro Jules Massenet. Más tarde, integrado al círculo que rodeaba a César Franck, será alentado a componer música no obstante su iniciación musical harto tardía.
No fue un compositor virtuoso pero un innato lirismo le ayudó a superar sus limitaciones técnicas.
Con todo el tiempo del mundo para madurar sus composiciones sin que ninguna ocupación extra musical lo perturbara, Chausson escribió canciones, música coral, algunas óperas y música de cámara. Hoy es recordado principalmente por dos imaginativos trabajos orquestales: una Sinfonía, y el Poema para violín y orquesta, de 1896.

El malhadado final
Vivió en París, junto a su esposa, toda la vida, pero los veranos la pareja se arrancaba a las provincias. En el verano de 1899, mientras paseaba en bicicleta, perdió el control del vehículo y estrelló su cabeza contra una muralla. Murió en el acto.
Sus funerales contaron con la presencia de las más conspicuas personalidades de la música y las artes francesas.

Poema para violín y orquesta, op. 25
Pocas razones tuvo en vida Chausson para estar triste. Sin embargo, buena parte de su música rezuma una innegable melancolía. El Poema para violín no escapa a ello, durante sus 17 minutos de bella nostalgia, o spleen, para ocupar la palabra que Baudelaire inventó por esos años.
Compuesta entre abril y junio de 1896, la obra tuvo su estreno público el 27 de diciembre de ese año, con la participación como solista del maestro belga Eugène Ysaÿe, a quien está dedicada y quien habría sido su solicitante.

La versión es de la violinista neerlandesa Janine Jansen, acompañada de la Swedish Radio Symphony Orchestra, conducida por Johannes Gustavsson.


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