Maria Wodzinska, la niña polaca que por un par de años fue su prometida, vio por penúltima vez a Chopin en Dresde, en septiembre de 1835. La chica era la única hija mujer del conde Wodzinski, familia amiga de los Chopin desde hacía mucho tiempo, y habían coincidido allí de regreso de sus vacaciones, en dirección a sus residencias permanentes, la familia polaca hacia su villa en Polonia y Chopin camino de París. Por ese entonces, Maria contaba 16 años; Chopin 25. Durante toda una semana pasearon, jugaron y rieron.
En París, una carta
Camino a París, Chopin se desvió a Leipzig para ver a Mendelssohn y a Schumann. Luego pasó a Heidelberg, donde visitó al padre de un alumno. De modo que llegó a París a mediados de octubre. En el No 5 de la Chaussée d'Antin lo esperaba una bonita sorpresa. Una carta de Maria lo había precedido:
Camino a París, Chopin se desvió a Leipzig para ver a Mendelssohn y a Schumann. Luego pasó a Heidelberg, donde visitó al padre de un alumno. De modo que llegó a París a mediados de octubre. En el No 5 de la Chaussée d'Antin lo esperaba una bonita sorpresa. Una carta de Maria lo había precedido:
"¡Cómo le echamos de menos! Mi madre, llorosa, me recuerda a cada instante algún rasgo de 'su cuarto hijo, Fryderyk'. Mis hermanos están abatidos. Nos repetimos nuestro vals: encuentro placer en tocarlo, pues nos recuerda al hermano que acaba de dejarnos. Lo he llevado a que lo encuadernen. [...] Mamá, mi padre y mis hermanos le abrazan tiernamente [...]. Ha olvidado aquí el lápiz: lo guardamos respetuosamente, como una reliquia. ¡Adiós!"
Maria Wodzinska (1819 - 1896) |
El vals a que Maria hace referencia es el vals en La bemol mayor, compuesto ese año, y que Chopin dio a conocer a los Wodzinski en aquella temporada, enviándoles posteriormente una copia, que ofrendó a Maria, con una nota: "A la señorita Maria". Pero, aunque nunca fue publicado en vida del autor, el vals está dedicado a Charlotte de Rothschild, una alumna de Chopin de elevada alcurnia. Como era la costumbre de aquellos años, y que Chopin no desdeñó, una misma obra, dedicada oficialmente a determinada persona, podía a la vez ser ofrecida, como obsequio, a unas cuantas más.
Su denominación popular como "Vals del Adiós" obedece, creemos, a que se convirtió en la última ofrenda que Chopin hizo a Maria –la ruptura se producirá al año siguiente. Es un vals expresivo, de tempo lento, con una sección media que semeja una mazurka. No es una pieza especialmente notable, tampoco muy exigente, de ahí que Chopin no se haya decidido nunca por su publicación.
La versión es del pianista israelí Tzvi Erez.
Amigo visitante:
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me gusta mucho¡¡
ResponderEliminarA mí también!! Gracias por el comentario. Saludísimos.
ResponderEliminarAcabo de descubrir un lugar que frecuentaré seguido.
ResponderEliminarTe felicito por él!
Hola, CArlos: Me parece perfecto. Y me alegraste el día. Gracias.
ResponderEliminarBuscaba información sobre este vals que estoy estudiando y tu artículo me ha proporcionado mucho más de la que esperaba encontrar. Mil gracias
ResponderEliminarHola, Blanca: Nunca esta página había recibido un comentario tan elogioso. Muchísimas gracias. Para el estudio del vals puedes apoyarte en el simpático consejo de Saint-Saens(creo): primero hay que estudiar lento, después un poco más lento, y finalmente, mucho más lento aún. Saludos, un abrazo, y que te vaya súper con el vals.
ResponderEliminarGracias por el acertadisimo consejo de estudiar lento..!me cuesta cumplirlo,y saber q es tan util,ayuda..gracias
EliminarSabrían donde puedo conseguir la biografía de Chopin? Sólo con leer esto, me parece que tuvo una vida maravillosa e intrigante, me gustaría saber mas sobre su vida y su amor ...
EliminarGooglea, simplemente. Saludos.
EliminarHola Drago, Gracias por este portal es magnifico Respecto al "vals del adios" no comparto la opinion de el critico que dice " No es una pieza especialmente notable, tampoco muy exigente" Este vals junto con la Polonesa heroica son las obras que han llegado a la mayor cantidad de personas, y eso es mucho. El vals es una verdadera joya donde el estudiante tiene su primera experiencia en los cromatismos de Chopin. La segunda nota del vals, un becuadro en el re, es un verdadero golpe al corazon. Para la ejecucion de este vals no se requiero ser un acrobata sino simplemente un gran artista. SALUDOS
ResponderEliminarHola, Osvaldo: Bueno, siempre habrá opiniones y gustos diversos. El vals, aún con su sencillez, es una pequeña joya. Pero Chopin no lo consideró así, lo que no es de extrañar, si recordamos que el autor tampoco consideró digna de publicarse la popular y bella Fantasia Impromptu. Saludos, y muchas gracias por el comentario y tus elogiosas palabras.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu historia. Amplía los contornos de la obra.
ResponderEliminarHola, Anónimo: Gracias a ti por tus palabras. Es lo que pretendemos, "contextualizar" la obra. Saludos.
ResponderEliminarDescubrirnos ha sido un feliz y maravilloso hallazgo
ResponderEliminarHola, Unknown: Muchas gracias por tu cálido comentario. Saludos.
ResponderEliminarMi hijo interpretara esta pieza en el 1er Piano Fest en Panamá, estaba buscando información sobre el vals y quede enamorada de este Blog por atinada explicación sobre el Vals del ADIOS..se nada de música pero en mi corazón percibia notas de amor.muchas felicitaciones
ResponderEliminarHola, Unknown: Gracias por tus palabras y que le vaya muy bien a tu hijo... Cuéntanos... y recomienda el blog, si puedes. Saludos y gracias otra vez.
ResponderEliminarBuenos días desde Caracas Venezuela, me gusto mucho su articulo. Gracias por hacernos la vida mas amena con este tipo de escritos. Ligia
ResponderEliminarHola, Ligia: Muchas gracias por tu amable comentario. Saludos a la bella Caracas (así era cuando viví allí).
EliminarQue frívolo fue Chopin!!!
ResponderEliminarСупер
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