Durante los siglos XVII y XVIII, fue acostumbre incorporar una brevísima ópera cómica, de corte popular, en los entreactos de una ópera seria. Son los llamados intermezzi (plural de intermezzo), una pausa refrescante en medio de tanto drama. El que hoy todavía recordamos es el incorporado en La Serva Padrona, de Pergolesi. Con el tiempo fueron evolucionando, llegando a convertirse en el siglo XIX en fragmentos orquestales interpretados en los entreactos, que muchas veces terminaron siendo más célebres que la ópera que los albergaba. El mejor ejemplo de ello es el intermezzo de Cavalleria Rusticana de Pietro Mascagni, de 1890.
El Autor
Autor de más de sesenta obras entre sainetes, zarzuelas y operetas, Gerónimo Giménez fue un niño prodigio nacido en Sevilla que a los 12 años ingresó como primer violín al Teatro Principal de Cádiz. A los 17 ya era director de una compañía de zarzuela debutando en Gibraltar con la ópera Safo de Giovanni Pacini. Estudió violín en Paris. Luego vivió en Londres, instalándose definitivamente en Madrid en 1885, donde se desempeñó como director de teatros y sociedades musicales promoviendo la música sinfónica contemporánea, hasta su muerte en 1923.
Gerónimo Giménez (1854 - 1923) |
Su estreno tuvo lugar en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el 27 de enero de 1897.
La acción tiene lugar en 1840 en Cádiz, donde está a punto de celebrarse la boda del famoso maestro de baile de la ciudad, Luis Alonso, quien va a casar con María Jesús, una hermosa dama harto más joven que él. El maestro siente celos de Gabrié, un ex de la chica, lo que lleva a éste a gastarle una pesada broma en la boda. Aprovechando el encierro de toros cercano, anuncia a gritos en mitad de la boda que los toros se han desmadrado y que van corneando por el pueblo a diestra y siniestra. Los invitados y el propio Luis Alonso huyen, espantados. Gabrié y María Jesús se quedan solos y él le reprocha que vaya a unirse de por vida con un anciano.
El Intermezzo
Como era la costumbre en la España de la época, estamos ante una mezcla de varios bailes tradicionales, pues la trama simbólica de toda zarzuela era sencillamente el vehículo indicado para presentar en escena muchos bailes populares. Sin ir más lejos, uno de los bailes aquí presentados es una seguidilla que también usó Manuel de Falla en El sombrero de tres picos.
La versión es de la hr-Sinfonieorchester – Frankfurt Radio Symphony, conducida por el maestro Pablo Heras-Casado.