Sergéi Rachmaninof acababa de cumplir 19 años cuando la fama comenzó a guiñarle un ojo. Su ópera Aleko, con la que se había graduado con honores en 1892, medalla de oro incluida, se representaba por primera vez en San Petersburgo, con gran éxito de público y crítica. Por si esto fuera poco, un profesor del Conservatorio, Piotr Ilich Tchaikovski, deslumbrado con el talento mostrado por el joven compositor, lo animó a emprender una gira de conciertos por las principales ciudades rusas que resultó, por cierto, todo un éxito.
Sergéi Rachmaninof (1873 - 1943), alrededor de 1900 |
Pero como, hoy como ayer, para resolver la vida es preferible contar con ingresos estables, al año siguiente aceptó hacerse cargo de una cátedra en el Conservatorio, puesto que mantuvo durante años pese a los escasos 50 rublos que el puesto le proporcionaba, y con lo que a duras penas conseguía desplazarse por Rusia en plan de concertista itinerante.
Dificultades económicas
Por otro lado, sus editores, entusiasmados desde la publicación de su célebre Preludio en do menor, de 1892, no respondían con el mismo arrebato para pagar derechos de autor. En Rusia no existían. Solo se cancelaba al autor, por una vez, una suma negociada. Pese al reconocimiento del que era objeto, para mediados de 1896 Sergéi Rachmaninof enfrentaba serias dificultades económicas.
Había que hacer caja.
Momentos musicales, opus 16
Compuestos entre octubre y diciembre de 1896, los Momentos Musicales constituyen una serie de seis piezas para piano de variada forma que van desde un nocturno, una canción sin palabras, una barcarola, un estudio, hasta un tema con variaciones. Fueron compuestos a imitación de los Momentos musicales de Schubert de 1828, si bien se distancian del intenso lirismo de éstos, pues no por nada han pasado casi setenta años.
Momento musical N° 4
Las enormes exigencias técnicas del Momento Musical N° 4, marcado presto, dan luz sobre el asombroso virtuosismo del que hizo gala Rachmaninof en sus presentaciones, sobre todo en los EEUU, cuando su caché no bajaba de los 3.000 dólares por recital.
Algunos estudiosos han querido ver en este aguerrido trozo algunas similitudes con el Estudio llamado "Revolucionario" de Chopin, con cierta razón. Otros, también con el Preludio en sol mayor, con algo menos. Ambas opiniones se asientan en la titánica mano izquierda y la escasa melodía que comparten las tres obras.
La versión, impecable, es de la pianista nacida en Beijing en 1987, Yuja Wang.
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