Solo cuatro días de abril de 1838 le tomó a Robert Schumann componer una de sus obras maestras para el piano. El autor tenía 28 años, estaba enamorado de Clara Wieck, y comenzaba a vivir el calvario por el que habrán de pasar, él y Clara, para lograr unir sus vidas, en 1840.
No obstante haber sido escrita pensando en Clara, y para ella, la obra está dedicada a Chopin, a quien Schumann admiraba sin remilgos. Pero, según se cuenta, a Chopin solo le gustó la primera página, la que contenía la dedicatoria. No obstante, devolverá la mano al año siguiente con la dedicatoria, algo desmayada, de la Balada No 2.
Kreisler, un personaje de ficción
Por supuesto, habrá sorprendido a Chopin el título de la obra, "Kreisleriana" (así como todavía sorprende hoy). Y cómo no, si el mismísimo Robert Schumann señaló que solo sería comprensible para los alemanes. En efecto, está tomado de Johannes Kreisler, un excéntrico personaje de ficción que cruza la obra del poeta, músico y crítico musical alemán E.T.A. Hoffmann. Singular maestro de capilla, Kreisler es caracterizado como "un romántico que ha perdido el sentido de la realidad". En él se unen locura y ternura, descontrol y astucia, en un ámbito fantástico.
"Kreisleriana"
Son aspectos del personaje que Schumann trabajará musicalmente permutando lo fantástico y lo lírico, lo estrafalario y lo adorable, y convirtiendo esta alternancia de matices en las claves características de la obra.
Por demás subjetiva, y altamente virtuosa, Kreisleriana constituye uno de los puntos altos en la literatura pianística de Schumann. La componen ocho secciones, que alternan (como debía ser) movimientos lentos, bellos y serenos, con otros apremiantes y apasionados, alternancia que también exhibe cada sección en sí misma. Los tempi de cada uno de ellos los señaló Schumann originalmente en alemán. La obra completa dura aproximadamente media hora.
Secciones:
00 Ausserst bewegt (Agitatissimo)
02:48 Sehr innig und nicht zu rasch (Con molto expressione, non troppo presto)
10:10 Sehr aufgeregt (Molto agitato)
14:45 Sehr langsam (Lento assai)
18:34 Sehr lebhaft (Vivace assai)
22:15 Sehr langsam (Lento assai)
25:53 Sehr rasch (Molto presto)
28:06 Schnell und spielend (Vivace e scherzando)
Muy enigmáticamente, la pieza finaliza sin asomo de bravura en la parte baja del teclado.
La versión es de la extraordinaria pianista Yuja Wang, nacida en Pekín en 1987.
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Que tremenda obra. Schumann en estado puro y una declaración de amor a Clara de las tantas que le hizo a través de su música. Personalmente el primer movimiento es mi favorito.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Anónimo: Para serte franco, yo no tenía a la Kreisleriana en gran consideración. Hasta hace tres días, ni más ni menos. Pero sucede que terminé enamorado de ella cuando tuve que escucharla con gran compromiso y atención, varias veces, para poder distinguir sus ocho secciones y anotar aquí en el blog el momento de inicio de cada una de ellas. Moraleja: escucha, escucha y escucha, que algo queda.
ResponderEliminarSaludos y muchas gracias por tu comentario.
Por lo general se asocia a Schumann con las miniaturas pianisticas, pero esta obra demuestra que era un compositor de largo aliento, muy capaz de componer piezas más largas y complejas.
ResponderEliminarAsí es, Daniel. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarY ni hablar de los Estudios Sinfónicos, Carnaval Op 9 etc!
ResponderEliminarCorrecto. Gracias x tu comentario. Saludos.
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