Del hecho histórico-musical que rodea al envío de seis conciertos instrumentales al margrave de Brandeburgo, solo se sabe con certeza un par de cosas: la fecha, 24 de marzo de 1771, anotada por Bach en la dedicatoria; que la copia de los manuscritos fue realizada por él mismo; y que acompañó el material con una delicadísima dedicatoria que hoy haría palidecer al más sumiso y humilde de los siervos, si los siervos existieran hoy... Después, solo interrogantes diversas: si el margrave acusó recibo; si en qué lugar y época fueron escritos; y la más ominosa de todas las conjeturas: si alguna vez el noble dedicatario, Christian Ludwig, los hizo interpretar por los músicos de su corte.
En el escenario de las presunciones, fueron compuestos en Köthen, la mayoría. Pero no necesariamente para el margrave. Bach habría tomado obras anteriores o trozos de ellas para conformar el conjunto de seis conciertos a fin de cumplir con el compromiso que había tomado con el noble personaje hacía ya varios años. Con todo, certezas posteriores a la ofrenda, sí existen. Los manuscritos fueron encontrados entre las pertenencias de herederos del margrave, y la obra completa se publicó por primera vez en Leipzig, en 1850, en conmemoración de los cien años de la muerte de su autor. Y bastante más modernamente, anotemos que la sonda espacial Voyager 1, que en este preciso instante continúa imperturbable su viaje hacia las estrellas, lleva grabado en el disco de oro, su tarjeta de visita, el primer movimiento del Concierto de Brandeburgo No 2.
El oyente extraterrestre no terminará defraudado. Señalemos que los conciertos están escritos para diferentes instrumentos, y éste, el No 2, es especialmente notable por su inusual combinación de solistas. La melodía es llevada en un momento por la trompeta, en otros por el violín, o por el oboe. Y claro, la trompeta, por lo general, suena más alto que los demás instrumentos. Por ello se ha tildado a este concierto, en tono de broma, de Concierto para Trompeta y Cualquier Otro Instrumento.
Para fortuna del resto de los solistas, la trompeta no participa en el segundo movimiento, escrito en otra clave, porque el instrumento de aquel tiempo no estaba en condiciones de tocar en cualquier tonalidad.
Concierto de Brandeburgo No 2 en Fa mayor, BWV 1047
Su título en la partitura autógrafa, reza, en italiano, Concerto 2º à 1 Tromba, 1 Flauto, 1 Hautbois, 1 Violino, concertati, è 2 Violini, 1 Viola è Violone in Ripieno col Violoncello è Basso per il Cembalo. Es decir: el concertino (o grupo de instrumentos solistas) está conformado por la trompeta, la flauta de pico (que en algo se asemeja a la exigida a los niños de hoy en las escuelas), el oboe y el violín. El ripieno (los restantes instrumentos) lo conforman dos violines, viola, violoncello y clavecín.
La trompeta, efectivamente, tiene una participación destacada, altamente virtuosa, en el primer y tercer movimientos. En el segundo, flauta, oboe y violín dialogan íntimamente.
Movimientos
Con extensión de alrededor de doce minutos, está estructurado a la manera vivaldiana: movimientos rápido - lento - rápido:
00:18 'Allegro moderato' (el original no tiene indicación de tempo, y a veces se interpreta algo más rápido, allegro)
05:14 Andante
08:55 Allegro assai
La versión es de Claudio Abbado y la Orchestra Mozart, en el Teatro Municipale Valli en Reggio Emilia, Italia (2007).
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Cuando escucho una obra de Bach no termino de decidirme por cual línea seguir porque cada línea cantada por cada instrumento es igual de fascinante. Es un festival para el oído.
ResponderEliminarAunque también demanda cierto esfuerzo si uno quiere seguir todas las líneas que se desarrollan simultáneamente.
EliminarHola, Daniel: Así es. Es algo complejo pero el esfuerzo vale la pena. Mucha gracias por tus comentarios. Un saludos.
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