Baldassare Galuppi, figura clave en la historia de la ópera cómica italiana, escribió su primera ópera a los 16 años. Su estreno en Venecia, sin embargo, fue un completo fracaso. El público armó tal escándalo que hubo que bajar el telón cuando la temprana obra iba por la mitad. Pero el precoz compositor no se amilanó. Sencillamente acudió a un compositor de fuste, Benedetto Marcello (hermano de Alessandro), para averiguar qué había sucedido. Benedetto, de partida, criticó su audacia, y le sugirió no componer nada durante tres años. A cambio, recomendó seguir estudios con el compositor y pedagogo Antonio Lotti quien, años más tarde, señalará a Galuppi como uno de sus mejores alumnos.
Y no le faltaba razón. El segundo intento de Galuppi, la ópera Dorinda, de 1729, fue un gran éxito. Durante el resto de su vida, el autor va a componer en promedio dos óperas al año, estrenándolas exitosamente en los mejores teatros de Italia. También en el resto de Europa, cuando ya contaba cuarenta años, sus óperas bufas causaron sensación, aunque, curiosamente, siempre hubo que esperar a la segunda función para obtener el favor del público. Al parecer, el humor e ingenio de Galuppi había que aprender a saborearlo.
Baldassare Galuppi (Burano, 1706 - Venecia, 1785) |
Doce años permaneció Galuppi al servicio de Catalina, inaugurando la dominación italiana de la ópera rusa hasta que apareció Mikhail Glinka, según informan los historiadores.
A su regreso a Venecia, en 1768, retomó su cargo en San Marcos. Su producción derivó hacia piezas más serias, componiendo también oratorios y obras sacras, culminando asimismo su obra para teclado que llegó a sumar más de 130 sonatas.
Sonata para piano No 5 en Do mayor
Su vasta producción para teclado, animada y brillante, ha llevado a los estudiosos a considerar a Galuppi como el mayor compositor italiano de música para teclado después de Domenico Scarlatti. Muestra de ello es la Sonata en Do mayor No 5, una de las más recurridas por los intérpretes y solicitadas por la audiencia. Su duración, de poco más de diez minutos, ya anuncia la extensión futura de la sonata clásica posterior.
Sus movimientos son los típicos tres, aunque Galuppi, en oposición a la usanza de la época (movimientos rápido-lento-rápido), montó el movimiento lento al principio.
Movimientos:
00:00 Andante
05:14 Allegro
08:09 Vivace
La versión es del pianista nacido en Lituania, Vadim Chaimovich.
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Hola Dago, curiosa obra. Claramente es antecesora de la sonata clásica; el estilo es menos rebuscado que las sonatas barrocas, es más melódico y fluido.
ResponderEliminarYa se pueden escuchar en esta sonata a Mozart y Haydn.
ResponderEliminarHola, Daniel: Es de una sencillez que asombra, pero no por ello menos bello. Gracias por el comentario, Daniel. Saludos.
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