domingo, 8 de julio de 2012

Chopin en Marsella - Scherzo N° 3


De padre y señor mío fue la hemorragia nasal que sufrió Chopin en su viaje de regreso desde Mallorca. En compañía de George Sand y sus dos hijos, volvían de unas frustradas vacaciones comenzadas en noviembre de 1838, programadas para escapar del invierno francés pero que apenas duraron tres meses pues el clima, muy favorable al comienzo ("el cielo es turquesa, el mar azul, las montañas de esmeralda y el aire paradisíaco") cambió radicalmente en enero provocando un serio deterioro en la frágil salud de Frédérick.

El regreso
En una modesta embarcación que llevaba también como pasajeros –en calidad de carga, naturalmente– una piara de cerdos que gruñían día y noche, emprendieron el regreso hasta Barcelona en febrero de 1839. Chopin sigue sangrando por las narices, y la Sand está al borde de la desesperación. Ocho días después de su arribo a la ciudad, George avista un barco de guerra francés en el puerto y decide hablar con el capitán consiguiendo que el médico de a bordo vea a Frédérick y de paso los trasladen a todos hasta Marsella. Luego de 36 horas de estoico balanceo, los cuatro pasajeros arriban al puerto francés el 25 de febrero de 1839, la hemorragia detenida gracias al solícito doctor, "y a los cuidados infinitos de mi ángel", según anota Chopin –entendemos que en alusión a George.

"Marsella es fea" relata Chopin. "Toda la chusma literaria persigue a Georges y la chusma musical me sigue a mí. Es una ciudad vieja aunque no antigua, y nos aburre un poco". Por su parte, la Sand no parece muy contenta en "esta ciudad de comerciantes y tenderos...":
"Nos mudamos de una a otra posada. Aparte del mistral tenemos un tiempo bastante bueno. Chopin no debe respirar aire frío. En los días de mistral nos rodeamos de biombos y trabajamos cada cual en lo suyo... Nuestra existencia es de una inocencia y una sencillez primitivas..."
 El 22 de mayo emprenden el regreso, mas no a París sino a Nohant donde está emplazada la acogedora casa de verano de la Sand. ¡Por fin en casa! exclama Chopin, con cierta desenvoltura.

Scherzo N° 3 op 39 en do sostenido menor
Chopin ya había logrado desvincular al preludio de la fuga. No tardará en separar el scherzo de la sinfonía y la sonata, particularmente el de su modelo más cercano, el beethoveniano, un scherzo lúdico o gracioso, presente al menos en las sinfonías anteriores a la quinta, y cuyo propósito era separar el allegro del adagio o éste del final de la pieza. Chopin va a construir con su métrica cuatro piezas de carácter autónomo, de naturaleza ternaria, es decir, primer tema, segundo tema y vuelta al primer tema, o estructura A-B-A. El ritmo es de 3/4 y su velocidad, presto.

El Scherzo N° 3 fue compuesto o finalizado en 1839, con seguridad en Mallorca, y publicado en 1840. De tormentoso inicio, engarza luego con un canto al que acompañan arpegios descendentes; finalmente una coda vehemente conducirá a la conclusión, de gran brillantez pianística.
La versión es de la pianista rusa Yulianna Avdeeva, galardonada en 2010 con el I Premio del Concurso Internacional Chopin, de Varsovia.


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