martes, 27 de noviembre de 2018

Scriabin: Estudio Opus 2 No 1


El compositor ruso Alexander Scriabin integra la larga lista de talentosos compositores que se fueron tempranamente de este mundo, sin ver logrados sus más atrevidos proyectos.
Mysterium se llamó su último trabajo, una pieza de características grandiosas que duraría toda una semana, destinada a estrenarse en las faldas de los Himalaya, incorporando los sentidos de la vista, el sonido, el olfato y el tacto. Luego del estreno –creía el autor– el mundo se acabaría, esfumándose en medio de una gran dicha, dando paso a una raza humana nueva, integrada por seres más nobles.
Imposible decir que Scriabin no apuntó alto. Pero el destino no le acompañó. Alexander Scriabin falleció en Moscú a los 43 años a causa de la septicemia provocada por la picadura de un mosquito.

Alexander Scriabin (1872 - 1915)
En simultaneidad con su etapa mística, el autor también coqueteó con el dodecafonismo, al final de su vida. Pero en sus comienzos, como virtuoso del piano, se vio influido por los pianistas románticos de la primera mitad del s. XIX. Es una etapa en que escribe fundamentalmente para el piano, trabajando en los géneros que Chopin utilizó sin descanso: preludios, nocturnos y estudios escritos en un lenguaje abiertamente tonal. Las texturas y armonías inusuales vendrán después.

También escribió sonatas y un Concierto para piano, pero hoy es recordado principalmente por sus trabajos más tempranos, los que hoy resultan ser piezas esenciales del repertorio pianístico, entre ellas los 24 Preludios del Opus 11, rebosantes de lirismo y poesía.

Asimismo, sobresalen por su precocidad las Tres Piezas del Opus 2, un conjunto de tres Estudios escritos en el periodo 1887-1889, el primero de ellos cuando el autor tenía quince años, en una época en que, desde luego, era un ferviente admirador de Chopin y Liszt.

Estudio Opus 2 No 1, en Do sostenido menor
La influencia del músico polaco es aquí innegable. Más todavía, no es difícil adivinar el Estudio de Chopin en que está inspirado: el No 7 de la serie de los Estudios del Opus 25, aquellos dedicados a Marie d'Agoult, la pareja de Liszt en la época.
Las armonías son "chopinianas" y el tono emocional de la pieza también. Sin embargo, la melodía trae a la memoria, característicamente, la música gitana rusa, por su exotismo, algo melancólico. Es una pieza lenta y más bien sombría, sin embargo, en sus escasos tres minutos de duración presenta al intérprete no pocas dificultades a la vez que ofrece al oyente un atractivo innegable.

La versión es del maestro ruso Vladimir Horowitz.



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