domingo, 25 de junio de 2023

Liszt: "Venecia y Nápoles" - Tarantella


En la década de 1830 en París, los salones de la naciente burguesía eran el centro de la actividad artística e intelectual de la ciudad. Poetas, pintores, escritores y músicos se reunían a comentar los acontecimientos en una Francia post-revolucionaria y a dar a conocer su obra a sus congéneres. En ese ambiente un joven Liszt daba sus primeros pasos en la escena musical parisiense. Allí también, en 1832, conocerá a la condesa Marie d'Agoult, quien será su compañera y amante por los próximos doce años.


En su compañía emprenderá, a los 27 años (Marie, de 33) la proverbial peregrinación a Italia. Los paisajes y cultura de la península ejercieron una gran atracción en la pareja. A comienzos de 1839, con sus dos pequeñas hijas, Blandine y Cosima, se instalaron en Roma. Allí permanecieron diez meses, empapándose del arte italiano y recibiendo el nacimiento de su tercer hijo, un varón. También nacerán allí las ideas o bocetos que integrarán la futura Suite Italia, la segunda parte de la célebre trilogía Années de Pelerinage.

Años de peregrinaje
Los Années de Pelerinage son un conjunto de tres suites para piano compuestas por Franz Liszt durante un extenso período, aproximadamente entre 1837 y 1877. En ellas Franz plasmó la fascinación que despertaron en él los paisajes y las vivencias experimentados en sus continuos viajes. La segunda suite, titulada "Italia", incorpora revisiones de los Tri sonetti del Petrarca, compuestos alrededor de 1839-1846, esta vez no inspirados en los paisajes sino en la lectura de los sonetos del poeta italiano. 

Venecia y Nápoles - Tarantella
Mucho después, en 1861, el maestro incorporó a esta segunda suite un suplemento que tituló "Venecia y Napoli", probablemente compuesto dos años antes, Son tres piezas tituladas GondolieraCanzone y Tarantella. Se presenta aquí esta última, una recreación de temas del compositor y editor de aquel tiempo, Guglielmo Cottrau.

La versión es del joven pianista ucraniano Vitaly Pisarenko, ganador del Concurso Internacional de Piano Franz Liszt en 2008. 

1 comentario :

  1. La música clásica, con su compleja armonía y estructuras intrincadas, evoca emociones profundas. Desde la sutil elegancia de Mozart hasta la intensa pasión de Beethoven, cada pieza es un viaje enriquecedor por la historia y el arte

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