lunes, 12 de noviembre de 2012

Beethoven: Sonata La Tempestad (III)


András Schiff, en el Carnegie Hall, 2008. Ciclo de las 32 sonatas de Beethoven

Este es el último artículo dedicado a la narración de la sonata La Tempestad, de Beethoven. Hoy trataremos de dilucidar de qué está compuesto y cómo ha sido construido el tercer movimiento: el allegreto. Y, tal como en los movimientos anteriores (aquí está el primero, y acá, el segundo), nos apoyamos en el audio de las clases magistrales del pianista húngaro-británico András Schiff.

El tercer movimiento es un allegreto, es decir, un tempo menos rápido que allegro (rápido), de modo que el movimiento debe ser atacado a una velocidad que me atrevería a definir como "rápido pero ni tanto". Al igual que el primer movimiento, está construido en "forma sonata" manifiesta: tema - subtema - desarrollo - reexposición. Pero en oposición al primer y segundo movimientos, no hay arpegios introductorios. La pieza, escrita en 3/8 (un valsecito) comienza, digámoslo así, de una vez.

Pero antes de escuchar el primer tema, me parece importante mostrar de qué está encargada la mano izquierda en los primeros nueve compases, pues su participación contribuye en gran medida a definir el carácter de estos momentos iniciales y, si me apuran, del movimiento completo también.
Estos primeros compases (mano izquierda) no llevan pedal. Schiff hace hincapié en ello: sólo debe sostenerse la segunda nota, de las cuatro semicorcheas más corchea encargadas de acompañar. Así:


Estas pudibundas notas las escribió Beethoven, pero esperemos a que agregue la mano derecha. Nos espera una sorpresa: el maravilloso y sencillo primer tema, en re menor, la misma tonalidad del primer movimiento. Schiff aprovecha de indicar cuándo debe intervenir el pedal, y cuándo no.


El movimiento completo es un perpetuum mobile, casi sin interrupciones. Un par de notas altas en sforzando permiten una corta respiración, que anuncia nuevos bríos para el primer tema, en antesala del segundo:


El segundo tema, iniciado con la frenética repetición de dos notas, primero en brevísimas apoyaturas y luego, en octavas:


Continuación del segundo tema. Unos briosos sforzando en notas disonantes preparan la aparición de la sección de desarrollo del primer tema. (Antes, primer y segundo tema deben repetirse).


Desarrollo del primer tema. La música adquiere un carácter anhelante, tempestuoso.


El tema ya ha sido reexpuesto y nos encaminamos hacia el final no sin antes disfrutar de cierta serenidad y calma. Luego de una briosa cita del segundo tema, dos "exclamaciones" anteceden a una tercera, fortissimo, la más desesperada. A continuación, una furiosa escala cromática a dos manos nos devuelve, sorpresivamente, a la tranquilidad inicial. El movimiento termina en la más completa calma.


Usted no lo haga. Tal es la ausencia de bravura de los últimos compases, que si no conoces la pieza, no te imaginas que ha terminado. A quienes la conocen, András Schiff les dirige las siguientes palabras:



Daniel Barenboim - Sonata N° 17 Opus 31 N° 2 "La Tempestad" - 3er movimiento



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2 comentarios :

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