Sergei Vasilievich Rachmaninof fue una celebridad temprana. En 1893 acababa de cumplir los veinte años y, recién terminados sus estudios en el Conservatorio de Moscú, asistía al estreno, exitoso, de su primera ópera, Aleko, un trabajo de fin de carrera que, amén del premio Medalla de Oro del Conservatorio, mereció el entusiasta reconocimiento de su compatriota Piotr Ilich Tchaikovski.
La ópera, sin embargo, ha llegado con dificultad hasta nuestros días. Exactamente lo opuesto sucedió con una obra para piano, breve, de 4 minutos de duración, compuesta en la misma época: su celebérrimo Preludio en do sostenido ♯menor, el segundo de un total de 27 preludios que Rachmaninof va a componer a lo largo de toda su vida. A este primer preludio se debe, también, que su celebridad fuera reconocida tan tempranamente.
![]() |
Sergei Rachmaninof (1873 - 1943) |
En noviembre de 1918 estaba instalado en Estados Unidos, país donde sus giras de concierto se incrementaron a tal punto que el mismo Rachmaninof se refiere a esta época de su vida como un "perpetuum movile". Y a propósito, los tres mil dólares que ganaba por cada presentación facilitaron que prendiera en él una pasión curiosa: Sergei se aficionó a los automóviles, pasión que en su nueva patria podía satisfacer cómodamente. Aunque había algo que lo molestaba: la infaltable petición del público, al término de cada concierto, porque interpretara el Preludio en do menor, que "por desgracia he terminado por tocarlo sin pensar".
Y el fervor no ha disminuido. La película de 2011, Limitless, con Robert de Niro, contiene una escena en que el protagonista ensaya el preludio.
La versión es del joven maestro ruso Evgeny Kissin.
Amigo
visitante:
Si te gustó el artículo, mucho te agradecemos si lo compartes, con un cómodo clic
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Deja aquí tus impresiones, por sencillas que sean. Tu opinión siempre será bienvenida.