A principios del siglo XX circulaba en París un chisme que a los españoles no les hacía ninguna gracia. Se comentaba que los mejores compositores españoles eran franceses. El comidillo, sin embargo, tenía algún asidero. En realidad, por esos años era difícil encontrar algo más español que las danzas andaluzas de Carmen, de Bizet; o la rapsodia España, de Chabrier; o incluso el Bolero de Ravel. De modo que cuando Joaquín Rodrigo llegó a París en 1927 para estudiar composición con Paul Dukas, debió redoblar su compromiso con la música para acabar con tales habladurías.
Terminados los estudios, Rodrigo regresó a España, para dedicarse por entero a la composición. Pero la fama se demoró en llegar. En 1940 se estrenó en Barcelona la obra que le daría el reconocimiento universal, el Concierto de Aranjuez para guitarra y orquesta, obra que afirmó definitivamente su personalidad musical. Su aporte a la incorporación de la guitarra como instrumento de concierto es invaluable: la Fantasía para un Gentilhombre, de 1954, compuesta sobre temas del compositor barroco Gaspar Sanz, coronó lo que el Concierto de Aranjuez había iniciado.
Los Romeros
Internacionalmente reconocido, en 1967 recibió una petición de un afamado cuarteto de guitarristas españoles, Los Romeros (Celedonio el padre, y tres hijos). El 1 de agosto del siguiente año, una poética evocación de Andalucía veía la luz.
El Concierto Andaluz para cuatro guitarras y orquesta fue estrenado en el Hollywood Bowl de Los Angeles con la participación del famoso cuarteto como solistas, acompañados por la Filarmónica de la ciudad. Los sones, el colorido y los ritmos hispanos volvían a los escenarios, con honores.
Concierto Andaluz
La pieza está construida en tres movimientos, mezclando música española de corte impresionista con pinceladas barrocas. Un conocido y animado movimiento inicial, tiempo de bolero, evoca bailes populares, con cuerdas y guitarras imitando la percusión de las castañuelas. Le sigue un adagio lírico de alto vuelo, comparable al movimiento similar del Concierto de Aranjuez. Cierra la obra un vibrante y vigoroso allegretto.
00:19 Tiempo de Bolero
09:09 Adagio-Allegro-Adagio
19:10 Allegretto-Allegro-Allegretto
La versión es de los instrumentistas Nick and David Kvaratskhelia, Peter Ernst y Christopher Brandt, acompañados de la Orquesta Filarmónica Merck, que debe su nombre a unos ancestrales empresarios farmacéuticos, la familia Merck, desde el siglo diecisiete. Dirige, Wolfgang Heinzel.
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Hola, Joaquín: Sí. Y faltó nombrar a los no franceses: Tchaikovski, Boccherini, Glinka, Rimsky y un largo etcétera. Curioso no? Es la era del gusto por lo exótico. Y lo español lo fue, en su momento. Gracias, Joaquín por los saludos y el comentario.
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