miércoles, 27 de febrero de 2019

Albéniz: "Evocación", de la Suite Iberia


En 1893, hacía rato que Isaac Albéniz había dejado de parrandear y sentado por fin cabeza. Instalado en París, gozaba de la simpatía de los parisinos y era amigo íntimo de Dukas y Fauré. Fue entonces cuando dejó de tocar el piano en público. Al final de su vida había compuesto un manojo de piezas interesantes, y un centenar de agradables y bellas "piezas de salón", la mayor parte hoy olvidadas. Pero en los últimos cuatro años de su vida se dedicó a trabajar en una serie de piezas para piano de alta complejidad y significación que le aseguraron la inmortalidad. Fueron publicadas en cuatro cuadernos con el título de "Iberia".


Nacido en 1860 en un municipio de Cataluña, Isaac Albéniz hizo su debut como pianista a los cuatro años. Tres años más tarde, escribía sus primeras composiciones. Con ese asombroso inicio, no debía sorprendernos que a los nueve años estuviese tocando para el público del Casino de El Escorial. La ocasión surgió a raíz de una de sus típicas escapadas del hogar familiar. Tomó un tren en cualquier dirección, durante el trayecto conoció al administrador del Casino y éste, curioso, lo invitó a tocar para sus huéspedes, pero al día siguiente lo dejó sentado en otro tren con el compromiso de regresar a casa. Isaac abandonó el tren dos estaciones mas allá y tomó otro en la dirección contraria.

Isaac Albéniz (1860 - 1909)
Fue la primera de las grandes aventuras del niño genio, el Rubinstein español, como lo llamarán más tarde. Tres años después de su incursión en el Escorial se escondió en un barco y terminó tocando en Puerto Rico. Inventivas similares lo llevaron a Buenos Aires, Cuba, San Francisco y Nueva York.
A los trece años volvió a Europa y tomó clases particulares en Leipzig. Luego, una subvención del gobierno español le permitió ingresar al Conservatorio de Bruselas que, como era de esperarse, abandonó al poco tiempo. En 1878 consiguió que Liszt le escuchara. Fue el maestro con el que terminó sus estudios formales. Luego, todo fue cosechar éxitos por media Europa.

La Suite Iberia
La colección la conforman doce piezas distribuidas en cuatro cuadernos con tres piezas cada uno. La obra completa dura aproximadamente una hora y media; cada pieza (con excepción de la primera) describe una determinada región de España, y de ahí su título (no podía llamarse España pues existían dos obras recientes con ese título –una de Chabrier, de 1883).

La obra completa la conforman las siguientes piezas:
Cuaderno 1: Evocación - El Puerto - Corpus en Sevilla
Cuaderno 2: Rondeña - Almería - Triana
Cuaderno 3: El Albaicín - El Polo - Lavapies
Cuaderno 4: Málaga - Jerez - Eritaña

Compuesto entre los años 1904 - 1909 (año de la muerte del compositor), es considerado el trabajo cumbre de la literatura española para piano. Enrique Granados no escatimó los elogios: "...quiero que lo toquen todos, perdona si muchos te lo revientan, pero es esto, una manera de decirte que me gusta con delirio", escribió en carta a Albéniz.

Suite Iberia - Libro I - "Evocación"
Evocación es la primera de las tres piezas del Libro I, una suerte de introducción a la suite completa. No evoca, entonces, una región española en particular sino más bien va entregando imágenes de la península, de manera general.
Serena y tranquila en las secciones exteriores, un trozo central apasionado brinda el necesario contraste. Un delicado exotismo baña la pieza en todo momento.

La versión es del pianista español Luis Fernando Pérez.


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2 comentarios :

  1. Extraordinaria obra musial de Issac Albéniz , es una obra tranquila, evocadora del compositor . Me parece digna de compartirla y escuchar la suit completa. Gracias por compartir .

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    1. Hola, María: La obra completa es extraordinaria... Dura noventa minutos pero valen muchísimo la pena. Gracias por tu comentario. Saludos.

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