En 1849, el esbelto y guapísimo Franz Liszt tenía 38 años. Hacía un año había abandonado la carrera de concertista por sugerencia de su compañera de vida, la princesa Carolyne, quien lo instó a componer, luego de la unión. Atrás habían quedado los años en que recorría Europa cosechando aplausos, el cariño de su público y algo más. Las damas presentes en sus "recitales" (presentación solista, inventada por él mismo, en 1840) se desmayaban, las más recatadas. Las demás, se agarraban del moño por hacerse con el pañuelo que el maestro había olvidado descuidadamente sobre la cubierta del piano.
Pero nada de eso ocupaba ya los días del maestro.
El maestro estaba en Weimar, daba clases, dirigía los conciertos de la corte y componía, junto a su princesa. Llevaba una vida apacible, pero en Europa asomaban vientos de revolución, las que serán finalmente aplastadas, desde luego. Uno de esos levantamientos lo afectó de manera personal. Dos de sus amigos resultaron muertos y otro en un exilio de diez años, luego del aplastamiento de la Revolución Húngara de 1848, una de las tantas revoluciones europeas de aquel año y el siguiente.
Funerailles, una de las catorce piezas que integran la colección Armonías Poéticas y Religiosas, fue escrita en homenaje a esos amigos infortunados. Es la más célebre de la serie.
Liszt (1811 - 1886), en 1847 |
Funerailles, para piano - Armonías Poéticas No 7
La pieza dura alrededor de diez minutos. La conforman cuatro secciones, con tres temas principales que se repiten a lo largo de la obra.
00:00 Introduzione
02:02 Luego de una pausa, una marcha fúnebre, que modulará a una inesperada sección marcada "lagrimoso", en 04:04.
06:14 Heroica marcha de guerra que crece en intensidad (con una diabólica mano izquierda en octavas), hasta alcanzar la conclusión.
07:30 Conclusión. Se reintroducen los tres temas, con mayor énfasis. Pero ahora la marcha de guerra será interrumpida abruptamente por unos acordes piano, en marcadísimo stacatto, con los que finaliza la pieza.
La versión es de la notable pianista argentina Martha Argerich, en grabación de 1977.
Amigo visitante:
Si te ha gustado el artículo, mucho te agradecemos si lo compartes, con un cómodo clic
Hola!
ResponderEliminarGracias por compartir la información
Es cierto que la seccion central se parece mucho a la polonesa, no caben dudas. Excelente la pieza.
Un abrazo, siempre te leo
Hola, Anónimo: Así es. Sobre todo por las octavas. Es la misma idea, supongo, aunque con "bravura" lisztiana. Gracias por el comentario y por tu fidelidad. Otro abrazo.
Eliminar