domingo, 14 de julio de 2019

Schubert: Fantasía para piano a 4 manos


En poco más de dieciocho años, Franz Schubert fue capaz de escribir casi un millar de obras. En esta casi milagrosa abundancia que presenta su catálogo, destaca una cincuentena de piezas escritas para ser interpretadas por dos músicos al piano: son sus piezas para piano a cuatro manos.
Desde la Fantasia en Sol menor, de 1810 (cuando tenía trece años) hasta la Sonatina D 968 compuesta el mismo año de su muerte, Franz Schubert no cesó de componer obras en este formato y en muy diversos géneros, que van desde las transcripciones de obras orquestales propias hasta aquellas escritas en función de la naciente música de salón que comenzaba a encantar a una incipiente clase media que también quería hacer música en su propio hogar.

 

Los veranos de 1818 y 1819, Schubert, veinteañero, los pasó en el castillo de Szeliz, a unos 150 km de Viena, contratado como preceptor musical de las hijas del conde Johann Esterházy, primo del protector de Haydn.
Las niñas eran dos: Carolina de 13 años, y Maria, de 15. Con María, las clases eran más interesantes pues mostraba un nivel más avanzado que su hermana, pero al segundo verano el pequeño Schubert comenzó a interesarse sentimentalmente en Carolina que, claro está, ahora tenía catorce.

Condesa Carolina Esterházy
Pero su proverbial timidez le jugó en contra y no le permitió grandes avances en el campo de la seducción. Sin embargo, diez años más tarde, Franz recordará a su antigua alumna y dedicará a ella, Carolina Esterházy, ahora condesa de veinticuatro años, su obra maestra para piano a cuatro manos.

Fantasia para piano a cuatro manos, Op 103, en Fa menor
Fue compuesta entre enero y abril de 1828 y ejecutada por primera vez el 9 de mayo de ese año, con ocasión de una de las últimas "schubertiadas" celebradas con sus amigos, entre ellos el compositor Franz Lachner, quien hizo su parte en el piano, acompañando a Schubert.
Fue publicada póstumamente al año siguiente.

Nunca sabremos si la condesa Carolina accedió alguna vez a los requiebros de Franz, pero hoy no son pocos los intérpretes que han observado que no es para nada caprichoso oír en el anhelante dúo de amor de la sección central "la expresión idealizada de una relación que las diferencias sociales por sí solas hicieron imposible".

Considerado su mejor trabajo, entre muchos, para piano a cuatro manos, la obra está estructurada en cuatro movimientos que se interpretan sin pausa, conectados por una lírica melodía.

Movimientos:
I   Allegro molto moderato
II  Largo
III  Scherzo. Allegro vivace
IV  Finale. Allegro molto moderato

La versión es de los hermanos Lucas y Arthur Jussen, pianistas holandeses.


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5 comentarios :

  1. que interesante la historia... los desamores suelen crear grandes obras si... saludos...

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    1. Hola, JLO: Así parece ser. Saludos y gracias por el comentario.

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  2. ¿POQUÉ NO DOS PIANOS?

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    1. Hola: No sé. Pero se me ocurre que, en un hogar de clase media de la época, era más fácil encontrar un piano que dos. Saludos, y gracias por el comentario.

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  3. Hermosa composición e impecable interpretación!

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