Chopin tenía 19 años cuando viajó por primera vez a Viena, en agosto de 1829, para dar su primer recital como concertista en el extranjero. El éxito fue apoteósico, aunque algunos críticos resintieron el bajo volumen y débil sonoridad del intérprete, más apropiados para los salones que para una sala de conciertos. Un año después, luego de abandonar Varsovia definitivamente en viaje a París, pasó ocho meses en la capital del imperio austriaco, con resultados opuestos. Empresarios de la música y otros artistas lo recibieron con indiferencia. Durante esa larga estadía solo dio dos recitales. Es que con su toque delicado no era fácil conquistar al bullanguero público vienés, audiencia que, según relata: "...solo quiere escuchar los valses de Lanner y Strauss".
Chopin, desde luego, era completamente ajeno a los valses vieneses. Tiempo después, ya instalado en París, le comenta a un amigo: "No he adquirido nada de aquello que es particularmente vienés, por lo que aun sigo incapacitado para tocar valses". Quizá precisamente por ello, Chopin va a reinventar la forma en sus propios y particulares términos, con una producción exquisita de piezas breves con métrica de 3/4, profundamente personales.
Según los estudiosos, su producción de valses sigue, en lo fundamental, dos líneas: por una parte, los hay grandiosos, brillantes y ornamentales, casi elaborados para el salón de baile; y por otra, están las miniaturas, abstractas, encantadoras, en las antípodas del vals vienés de moda de la época.
Los tres valses del opus 34
Compuestos entre los años 1834 y 1838, fueron publicados por el editor con el título de Tres Valses Brillantes, aunque la denominación solo sea adecuada para el primero de ellos, el vals Opus 34 No 1, en La bemol, el único grandioso y brillante, ubicándose así en la primera categoría establecida por los estudiosos, y los dos restantes, en la segunda (y no podía ser de otro modo si al vals Op 34 No 3 se le conoce popularmente como "el vals del gatito").
El año 1838 es el año de la partida de Chopin a Mallorca, el malhadado viaje que hará junto a George Sand y sus hijos, en octubre de ese año. Antes de emprender la travesía, Chopin envió a publicación las cuatro mazurcas del opus 33 y los tres valses del opus 34. Para esa etapa de su vida, a los 28 años, Chopin ha escrito, aunque no publicado, ocho de sus catorce valses.
Vals Opus 34 No 2
Escrito en La menor, era el preferido de Chopin, y de otros cuantos (la película El Pianista lo incorporó a su banda sonora). Aunque lleva el No 2, fue el primero en escribirse.
Es un vals lento, algo triste, melancólico. Un "vals para las almas", como alguna vez señaló Robert Schumann de los valses de Chopin. Nunca mejor dicho, precisamente, de este vals.
Pleno de languidez y anhelo, en el minuto 0:56 el cambio a modo mayor da paso a una melodía de sorprendente belleza que se repetirá en el modo menor unos cuantos compases más tarde. Todo vuelve a reanudarse, para dar paso a una sección nueva, en 4:10. Al final, los compases de inicio regresarán, esta vez para servir de sofocada conclusión.
La versión es de la estupenda pianista ucraniana, Valentina Lisitsa.
Amigo visitante:
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Hola, estaba yo echando de menos a La Belleza de escuchar... muchos días sin nada. Al fin un maravilloso aporte. Gracias como siempre querido amigo. Pilar
ResponderEliminarHola, Pilar: Qué bueno saber que alguien en la nube "echa de menos" la Belleza.... Me encanta. Saludos y abrazos.
EliminarImaginaba recién que tenías un programa en la radio o la tv, diciendo exactamente estas cosas y mostrando los vídeos que muestras. Sería lindo. Sería bueno para tantas personas que poco o nada leen.
ResponderEliminarUn abrazo y esperando que la ausencia solo se haya debido a la dignificante y reconfortante holganza que la edad nos regala proporcionalmente,
Jorge
Hola, Jorge: Yo me he imaginado lo mismo, durante años. Me falta llevarlo a la práctica, ni más ni menos. Muchos saludos y gracias por tu cálido comentario. Un abrazo.
EliminarQue agradable sorpresa saber que volviste a darnos tu aporte para
ResponderEliminarofrecernos esos videos tan gratificantes
Abrazo grande
Hola, Félix: Bueno... es que a veces descanso. Un abrazo también, y gracias por comentar.
EliminarConocer a Chopin es parte de nuestra cultura musical
ResponderEliminarAsí es, Guido. Gracias por tu comentario.
EliminarEste vals me parece increíble, es el único que en el que muchas versiones son totalmente diferentes. Y es un vals que aunque no marca en la partitura, tiene una cantidad de cambios de tempos y acelerando o relentando
ResponderEliminarHola: Así es. Muchas gracias x tu comentario. Saluos.
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