miércoles, 4 de septiembre de 2019

Schumann: Concierto para cello y orquesta


Ya casado y establecido en Dresde por indicación médica desde 1844, Robert Schumann aceptó en 1850 el puesto de director en Düsseldorf. No fue buena idea. Su temperamento era completamente inadecuado para dirigir con éxito a decenas de músicos y encauzarlos como un solo cuerpo para producir música. Durante dos años debió soportar la tensión de los ensayos, agravando probablemente el desorden mental del que ya había dado muestras, incluso antes de su matrimonio con Clara.


Pero al comienzo todo iba bien. Recorrió la ciudad junto a Clara. Y tuvo tiempo para recordar sus años de infancia, cuando tocaba el cello. Volvió a componer, con entusiasmo y pericia. En un periodo de apenas dos semanas, entre el 10 y el 24 de octubre de 1850, compuso su Concierto para cello, el único que escribiría, y que junto al también único Concierto para piano, constituyen sus dos trabajos más importantes en la serie de siete que compuso en el género de la obra concertante.

Concierto para cello y orquesta en La menor, opus 129
En un principio, Schumann consideró titular su concierto muy modestamente: "Pieza de concierto para cello con acompañamiento orquestal". Y quizá tenía razón, pues la escritura orquestal es discreta y muy transparente, mucho más de lo que Schumann acostumbra en su obra orquestal. Incluso, algunos estudiosos han sostenido que la escritura para el cello es más bien "pobre". Otras opiniones, sin embargo, señalan que todo obedece, simplemente, a que la obra no contiene trozos de virtuosismo espectacular, o asombrosamente llamativo –como sí los hay en su Concierto para piano.

Aún así, el concierto se convirtió en un favorito de los cellistas, lo que también resulta, claro está, de la relativa escasez de grandes obras del s. XIX para el instrumento.
El concierto, nunca interpretado en vida del maestro, fue estrenado el 23 de abril de 1860, en la ciudad de Oldenburg, cuatro años después de su muerte.

Movimientos:
Según se cuenta, Schumann detestaba recibir aplausos entre movimiento y movimiento. Por ello, quizá, la pieza consta de tres movimientos que se suceden sin pausa:
- Nicht zu schnell (No muy rápido)
- Langsam (Lento)
- Etwas lebhafter, Sehr lebhaft (Algo vivaz - Muy vivo)

Kian Soltani, Cello 
Christoph Eschenbach, director
SWR Symphonieorchester Stuttgart-Freiburg 
Duración: 23 minutos.


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