Esta vez no se sentó en las faldas de Madame Pompadour. La amante de Luis XV había muerto hacía 14 años. Tampoco fueron invitados a Versalles. Todo aquello quedaba en el recuerdo. En el recuerdo de su primer viaje a París, cuando el pequeñín Wolfgang Amadeus tenía siete años. Ahora era un adulto y buscaba trabajo, en compañía de su sola madre, en París, en el verano de 1778. Esta vez, tristemente, los parisienses ya no hacían cola para agasajarle. El niño prodigio tenía ahora 22 años. Madre e hijo sobrevivían con el dinero obtenido de las lecciones particulares de Mozart, refugiados en habitaciones frías e insalubres. Anna Maria, la madre, no pudo soportarlo. Murió en su cuchitril parisino el 3 de julio de ese año.
Poco después, Mozart abandonó París en dirección a Munich. Allí se reencontró con Aloysia Weber, convertida ya en una soprano de renombre que, ahora, ha dejado de quererlo.
Por esos días recibe desde Salzburgo una carta de Leopoldo, el padre. Resultado de engorrosas tratativas, ha conseguido un puesto de mejor rango para Wolfgang: maestro de conciertos y organista de la corte. Wolfgang Amadeus se toma su tiempo. Lo que menos desea es seguir atrapado en el provincianismo de su ciudad natal. Finalmente, la realidad obliga. Regresa a Salzburgo el 15 de enero del año siguiente. En el verano de 1779 compondrá allí la Sinfonía Concertante K 364.
Sinfonía Concertante para violín, viola y orquesta, en Mi bemol, K 364
La obra es la única obra completa del género concertante que ha sobrevivido, género que incorpora elementos de la sinfonía y el concierto. Generalmente escritas para dos o más instrumentos solistas y orquesta, fue un género muy popular en París durante el siglo XVIII.
De regreso en Salzburgo, Mozart comenzó también otros dos trabajos en el género, uno para violín y piano, y otro para violín, viola y cello. Pero ninguno llegó a término. Se cree que la obra que comentamos pueda ser un reintento de la abortada sinfonía concertante para violín y piano.
Mozart exige aquí una afinación más alta que lo usual para la viola. De este modo, el instrumento adquiere un sonido más brillante para evitar ser eclipsado por su compañero, el violín, más penetrante.
Movimientos:
00:00 Allegro maestoso
15:22 Andante
26:50 Presto
(En los tres movimientos, el público tose complacido)
La versión es de la Staatskapelle Berlin Orchestra, conducida por el maestro argentino-alemán-israelí Daniel Barenboim, con los solistas invitados: Wolfram Brandi (violin) y Yulia Devneka (viola)
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