Más de un cuarto de siglo le tomó a Richard Wagner completar su obra más ambiciosa, la tetralogía de El Anillo del Nibelungo. Los primeros pasos (modestos, en el sentido de que no contemplaban para nada la escritura de cuatro óperas) los dio en 1848 cuando Europa convulsionaba. Los últimos, en 1874, en la paz y serenidad de Wahnfried, la villa que se hizo construir en Bayreuth.
Entretanto, coqueteó con el anarquismo, se casó, se enamoró de la mujer de su protector, vivió años miserables en varias ciudades de Europa, se separó de su mujer, arrancó de Viena para evitar ser arrestado por deudas, conoció al jovencísimo rey gay Luis II de Baviera, estrenó Tristán e Isolda, enviudó, y se casó con Cósima Liszt. Así llegó 1876, cuando estrenó en Bayreuth la tetralogía completa, del 13 al 17 de agosto de ese año.
El ciclo de cuatro óperas de carácter épico basadas en episodios de la mitología germana incluye las obras "El Oro del Rin", "La Valquiria", "Sigfrido" y "El Ocaso de los Dioses". Ese es el orden cronológico que tomó su estreno, pero no la secuencia en que fueron escritas.
Así, "El Ocaso...", la última, fue la primera en ser concebida. Wagner, autor de sus propios libretos, trabajó primero con la historia de Sigfrido, el típico héroe wagneriano, que víctima de su propia grandeza termina muerto.
Richard Wagner (1813 - 1883) |
Con Sigfrido muerto, Wagner consideró que necesitaba contar la historia previa, la juventud de Sigfrido. Se llamó "El joven Sigfrido" (posteriormente, solo Sigfrido). Después, adicionó la historia de la concepción de Sigfrido y otros avatares (La Valquiria). Por último, decidió que necesitaba un preludio que contara la historia del oro del Rin y la creación del anillo (El Oro del Rin). Construida así la saga, Wagner estimó que la historia de la muerte de Sigfrido, la primera que surgió, era la que cerraba el ciclo, pues también morían los dioses. La llamó, entonces, "El Ocaso de los Dioses".
El "Ocaso de los Dioses" narra la historia de cómo el anillo maldito hecho con oro robado al Rin por un enano (Alberich, un "nibelungo"), llevará a la trágica muerte de Sigfrido; y también la inmolación de Brunilda, la Valquiria. Tras la muerte y cremación de ella junto su amado Sigfrido, sus cuerpos arden y expían la maldición del anillo del Nibelungo, recayendo entonces en el Valhalla, la morada de los dioses, donde moraba Wotan, y que arderá dejando al mundo sin la tiranía de los dioses. Ya con los dioses del Valhalla muertos, la humanidad habrá sido liberada por la voluntad pura de su héroe y heroína, Sigfrido y Brunilda.
Ocaso de los Dioses - Finale
A diferencia del libreto, la música del ciclo fue escrita siguiendo el orden que hoy conocemos. En la última página, Wagner agregó una pequeña nota:
"Completado en Wahnfried el 21 de noviembre de 1874. ¡¡No diré nada más!! RW."
La obra está estructurada en tres actos y un prólogo. Su extensión va poco más allá de las cuatro horas, que finalizan con un remate sinfónico que reúne todos los "leitmotiv" relevantes.
Se presenta aquí este Finale en grabación de 1989, con la Filarmónica de Nueva York dirigida por Zubin Mehta.
Buena reseña ¡Saludos!
ResponderEliminarHola! Gracias a ti, por el comentario.
EliminarMuchas gracias por el dato, ya no iré a ciegas a escuchar esta obra.
ResponderEliminarOk. Qué bueno. Que lo disfrutes. Y gracias x el comentario.
Eliminar