miércoles, 3 de mayo de 2023

Beethoven, "Grande Sonate", No 4, Op 7


Si alguno de nosotros hubiera sido parte de la servidumbre del Palacio Keglevich, en la Bratislava de fines de 1796 (entonces llamada Presburgo), habríamos podido ver una mañana cualquiera a un joven regordete, de baja estatura pero frondosa cabellera, avanzar orondo por los pasillos ataviado de pantuflas, bata y un gorro de dormir con visera. Se dirigía presto al salón de música donde, junto al piano, le esperaba la contessina Anna Louise Barbara von Keglevich, doncella de tiernos dieciséis años, cuya tutoría musical había sido encargada por su padre al joven regordete de 26 años, Ludwig van Beethoven.  

Hasta allá había llegado el maestro el 26 de noviembre de 1796, invitado por la generosa familia Keglevich a pasar un tiempo con ellos. Como de costumbre, ofreció allí los habituales recitales privados y, como era de esperarse también, dio clases a la contessina, familiarmente llamada Babette, a quien Beethoven ya conocía, pues la había tenido de alumna en Viena, hasta donde los nobles se trasladaban en invierno pues el verano lo disfrutaban en sus palacetes de las afueras.

"Babette" von Keglevich
(1778 - 1813)
Las dedicatorias
Se dice que la contessina fue uno de los amores fallidos del maestro. Quizá. Lo que nadie discute es el talento musical del que la doncella hacía gala, y es lo que explica las varias piezas que el maestro dedicó a Babette durante su corta vida –35 años– comenzando por el Concierto No 1, ni más ni menos.

Durante la estadía en Bratislava, el joven maestro comenzó y culminó la Sonata No 4 en Mi bemol mayor, una de las más extensas de su producción sonatística. Publicada en 1797 con el subtítulo de Grande Sonata, fue dedicada, como se habrá adivinado, a la contessina... ¿hubo entre ambos algo parecido a un encantamiento mutuo? ¿o le fue dedicada por simple cortesía? No lo sabemos. Tal vez, todo fue más sencillo: el padre de Babette comisionó a Beethoven una sonata... para ser ofrendada a su hija. Usanzas de aquellos años.

Sonata No 4 en Mi bemol mayor, Op 7, "Grande Sonata"
Como ya se dijo, después de la célebre Hammerklavier, es la sonata más extensa escrita por el maestro, con duración aproximada de treinta minutos. Según algunos estudiosos, con esta sonata Beethoven mostró tempranamente al mundo musical de la época –lleva el número 4, de 32– que su genio iba mucho más allá de una cándida imitación de Haydn o Mozart. En la misma vena, Karl Czerny sugirió que debió haber sido ésta la sonata que llevara el apodo de Appassionata y no la que conocemos hoy, que verá la luz ocho años más tarde.
Cuatro son sus movimientos.

Movimientos:
00:00
  Allegro molto e con brio
08:30  Largo, con gran espressione
18:12  Allegro - Trio
23:17  Rondo. Poco allegretto e grazioso.

La versión es del maestro argentino-israelí Daniel Barenboim. 

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