Nacido en el seno de una familia acaudalada, Sergei Rachmaninof no vio con buenos ojos los brotes revolucionarios de principios de siglo que más tarde llevarán al estallido de la revolución bolchevique de 1917. Así que apenas iniciado el cambio histórico, se fue de gira por los países escandinavos. Una vez terminada la tournée, decidió marchar a Norteamérica junto a su esposa Natalia en una frágil embarcación que los depositó en Long Island los primeros días de noviembre de 1918. No era su primera visita al gran país del Norte pero esta vez la estadía sería para siempre.
Entre EEUU y Europa
Los éxitos cosechados en la visita previa le permitieron acceder cómodamente a los circuitos musicales estadounidenses y realizar extensas y agotadoras giras como virtuoso ejecutante del piano, si bien esto lo obligó a desatender su carrera como compositor. Pero a la vez, la holgura económica alcanzada en Norteamérica facilitó que pudiera dividir su vida y su tiempo entre Estados Unidos y Europa. Así, entre los años 1932 y 1939, pudo arrancarse todos los veranos a la pequeña villa que había construido en Suiza, en las cercanías del lago Lucerna, en compañía de Natalia.
Villa Senar |
El refugio suizo llevaba por nombre Villa Senar, palabra formada por las dos primeras letras de su nombre, las propias de Natalia, y la inicial de su apellido. En esa casa se hablaba ruso, se hacía comida rusa cocinada por sirvientes rusos y se recibía a inmigrantes y amigos de esa nacionalidad –el pianista Vladimir Horowitz entre ellos. Si había la suficiente paz, Sergei intentaba componer.
Fue en la comodidad de este hogar, entre julio y agosto de 1934, donde Sergei Rachmaninof compuso una de sus obras más aplaudidas, la Rapsodia sobre un tema de Paganini, estrenada con gran éxito por la Orquesta de Filadelfia en Baltimore, el 7 de noviembre de ese año, con el autor al piano bajo la conducción de Leopold Stokowsky.
Ls variaciones "de la crema de menta"
La obra está compuesta de veinticuatro variaciones sobre el Capricho N° 24 para violín solo de Niccolo Paganini. Está claro que Sergei no fue el inventor de la idea, pues el Capricho del violinista que tenía pacto con el diablo ha inspirado a un amplio y diverso número de compositores que incluyen no sólo a Brahms, Liszt o Lutoslawski sino también a Benny Goodman.
Aunque la obra se ejecuta de un tirón, puede ser dividida en tres secciones correspondientes a los tres movimientos de un concierto: hasta la variación 10 conforman un primer movimiento; de la 11 a la 18, un segundo movimiento lento; y las restantes el movimiento final. De grandes dificultades técnicas, la pieza obligó a Rachmaninof a subir al escenario el día del estreno con una copa de crema de menta en el cuerpo a fin de calmar los nervios, protocolo que siguió cada vez que debió interpretar la pieza que él mismo apodó más tarde "variaciones de la crema de menta".
La variación 18 (14:50) es por lejos la más conocida. De carácter lento y sorprendentemente romántica, se incluye a menudo como pieza independiente en compilaciones diversas de música clásica. Su utilización en películas de Hollywood y canciones populares varias ha contribuido también a la popularidad de la pieza y a la fama posterior de Sergei Rachmaninof.
La versión es del pianista ruso nacido en 1991 Daniil Trifonov, acompañado por la Orquesta Filarmónica de Israel conducida por Zubin Mehta.
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¡Extraordinario!
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