El manuscrito del ágil y encantador rondó de Beethoven que lleva por título original Rondo alla ingharese quasi un capriccio estuvo "perdido" por cerca de ciento veinte años. Hoy día es un favorito de los pianistas, para valerse de él como gracioso bis, pero en vida de Beethoven es improbable que se haya escuchado en algún escenario. El manuscrito, aparentemente incompleto, fue encontrado entre las pertenencias de Beethoven luego de su muerte en 1827.
Al año siguiente, lo publicó su amigo, colega y editor Anton Diabelli, quien habría ocultado el hecho de que la composición parecía no estar terminada. Tras la publicación de 1828, el manuscrito desapareció y solo fue reencontrado en EEUU en 1945, esta vez entre las pertenencias de una señora de apellido Noble, que lo había mantenido en su poder por al menos 20 años, olvidada de toda "nobleza". Y efectivamente, el original muestra algunas discrepancias con las ediciones posteriores a la edición Diabelli, todas basadas en ella.
En todo caso, con el hallazgo en mano, se pudo conocer la época de composición de la pieza, pues el manuscrito, en sus últimas páginas, contiene bocetos de obras de conocida data, los años 1795-98. Así pudo concluirse que el rondó pertenecía a la misma época. Es obra de un Beethoven veinteañero, acercándose a los treinta, con residencia en Viena desde hace al menos tres años.
Rabia por un centavo perdido
La pieza es conocida también por el curioso título de "La rabia por un centavo perdido, desahogada en un capricho" (traducido con toda libertad del inglés Rage over a lost penny, vented in a caprice, traducido a su vez, imagino que correctamente, del alemán, que no transcribo). Las palabras aparecen escritas en el manuscrito pero no por la mano de Beethoven. Se especula que pudieran ser obra de su amigo y primer biógrafo Anton Schindler quien se caracterizó por tomarse a menudo libertades con su célebre amigo, que desembocaron más de una vez en rabiosos desencuentros, aunque transitorios.
Una "rabia inofensiva"
Fantaseando con la idea de que el maestro hubiese tomado efectivamente inspiración de una ira pasajera, Robert Schumann (que para la muerte de Beethoven tenía 17 años) escribirá más tarde: "...sería difícil encontrar algo más alegre que este Capricho... Se trata de la ira más amable, inofensiva, similar a lo que se siente cuando uno no puede sacar el pie de la bota".
Marcado allegro vivace, el rondó combina el esquema tradicional de la forma con la inventiva singular de Beethoven para las variaciones.
La versión es del excelente pianista nacido en China, Sheng Cai. La pieza dura menos de seis minutos. El resto son aplausos.
Amigo visitante:
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Tengo esta obra en disco y como dices es muy simpática. Yo pensaba por el número de opus que era una obra de la última época de Beethoven pero después supe que era de su etapa temprana.
ResponderEliminarHola, Daniel: Sí, pues, como es póstuma, le correspondió ese opus, que produce confusión. Saludos y gracias por el comentario.
ResponderEliminarSumamente alegre y divertida.
ResponderEliminarAsí es, Anónimo. Gracias x tu comentario.
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