lunes, 8 de octubre de 2018

Schumann: "Noveletten", opus 21


En febrero de 1838, en plena lucha por mantener en pie el complicado noviazgo, Robert Schumann envió a Clara Wieck una carta muy entusiasta comunicándole sus últimos avances en la composición. A esa altura, Clara, de diecinueve años, recorría Europa dando recitales como concertista. Robert, en cambio, había abandonado la idea de desarrollar una carrera similar, y estaba enfocado en la crítica musical y en la composición:
"En las últimas semanas, he escrito para ti una cantidad espeluznante de piezas: las hay alegres, historias varias, escenas familiares, una boda... Para resumir, las cosas más amables. A la obra completa le he dado un nombre, Novelleten, porque a ti te llaman Clara, pero 'Wiecketen' no calza bien."
Curioso título, pero más curioso todavía es la explicación que le acompaña.
Primero será necesario recordar que Robert Schumann amó durante toda su vida la literatura, el lenguaje, las palabras y... los juegos de palabras. Schumann explicó en la misma carta que la serie de ocho piezas, o "amables asuntos", también podían considerarse pequeñas historias, o aventuras. Es decir, pequeñas novelas. 

Segundo. Schumann había quedado muy impresionado en el arte de una gran soprano de aquel tiempo, Clara Novello, a la que había escuchado hacía poco. Naturalmente, Clara Wieck también sabía de ella. Y quizá, aquí nos permitimos especular, y con profusión:
Clara podría haber sentido celos de la Novello (que también se llamaba Clara). Y entonces, Robert añade la explicación. Está diciendo: van destinadas a ti, Clara Wieck, no lo dudes, pero no se pueden llamar Wiecketen porque no suena bien.

Pero no solo no sonaba bien. Llamarlas Wiecketen constituía una declaración de amor de tal envergadura que habría añadido más leña al fuego, desatando la ira del pedagogo más renombrado de Leipzig, el maestro Friedrich Wieck, padre de Clara.

Noveletten Op 21 - No 8
Representa una de las series para piano más ambiciosas de Schumann, no solo por su extensión sino por sus exigencias técnicas. (Anotemos que Franz Liszt la sumó a su repertorio en cuanto pudo).
Como ya se dijo, conforman la obra ocho piezas que se extienden por cerca de 45 minutos, las que debían tocarse como una obra integral. Esa fue al menos la intención original de Schumann. Pero en nuestros días es más frecuente que se tomen una o dos piezas y se presenten como bis, o encore. Por lo general, se escoge la pieza que inicia la serie, o la última de ellas.

Presentamos aquí la última, la No 8, en Fa sostenido menor. Comprende dos grandes secciones, con un lírico interludio que las conecta. La segunda sección incluye una "cita" a un nocturno escrito por Clara en 1836.

La versión es del pianista alemán Adrian Brendle.


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