viernes, 10 de abril de 2020

Mozart: Piano Concierto No 25, K 503


Mientras vivieron en Viena, la familia Mozart se mudó de casa numerosas veces. Las razones para ello no están muy claras pero se especula que se debió a los altibajos de su situación financiera. Un tiempito lo pasaban en un amplio departamento del centro de Viena así como al poco tiempo debían mudarse a los suburbios. En los años 1784-85 los encontramos alquilando una casa propiedad de Johann von Trattner, librero y editor vienés que había construido un pequeño imperio al interior del otro imperio gracias a un privilegio otorgado por Maria Teresa que le confería la exclusividad para imprimir todos los libros de texto que las escuelas de Austria requerían.


El acaudalado von Trattner y su joven esposa Therese (dos años menor que Mozart) eran también amantes de las artes. Therese se convirtió en alumna de Wolfgang, y Johann inició un emprendimiento, uno más, relacionado esta vez con la música. Las salas de conciertos no abundaban y gran parte de los compositores, o intérpretes, debian alquilar salones que en cualquier otro día funcionaban como tabernas o casinos, para dar a conocer su música. Von Trattner decidió inaugurar el suyo propio. el Johann Trattner's Viennese Casino. Allí tuvo su estreno el Concierto No 25 de Mozart, la noche siguiente al término de su composición, el 5 de diciembre de 1786.

Concierto No 25 en Do mayor, K 503
La obra está considerada una de las más grandes obras maestras en el género, al punto de que Beethoven eligió tocarla en una de sus primeras presentaciones en Viena como solista, en 1795. Se sabe también que Mozart la presentó en un par de oportunidades después de la velada en el Casino de su amigo Trattner. Sin embargo, luego de la muerte de Mozart, el concierto no volvió a interpretarse en Viena. Ni en ningún otro lado durante nada menos que 147 años, cuando en 1934 Artur Schnabel la presentó en Viena junto a la Filarmónica, luego de lo cual se inscribió definitivamente en el repertorio estándar.

Es una obra grandiosa, completamente original e ingeniosa. Se ve que Mozart trabajaba en una obra nueva, única y sin paralelo, que para los oídos de la audiencia de su tiempo estaba quizá más allá de sus posibilidades. Con el paso del tiempo, fue desestimada por el público, también por la crítica, en beneficio de los otros grandes conciertos del autor. Por otra parte, es una obra de gran dificultad técnica, lo que explica que los intérpretes la hayan relegado también a un segundo plano, privilegiando los conciertos de mayor impacto aun cuando fueren igual de exigentes.

Lo que no está en duda es que en sus típicos tres movimientos está más presente que nunca el inigualable genio y espíritu mozartiano, con citas musicales a Idomeneo y rememoranzas de la Sinfonía Júpiter. Yendo un poco más lejos, hay quienes ven en un tema del primer movimiento una premonición de La Marsellesa, que será escrita seis años después.
Como era de esperarse, la obra está dedicada a Therese von Trattner.

Movimientos
00:00  Allegro maestoso
15:13  Andante, en F major
22:26  Allegretto (abre con una gavotta tomada de Idomeneo)

La versión es de la brillante pianista japonesa Mitsuko Uchida, acompañada de la Orquesta Filarmónica de Viena, conducida por Riccardo Mutti.

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