jueves, 10 de julio de 2014

Offenbach: Los cuentos de Hoffmann / Barcarola



En los archivos del Conservatorio de París del año 1834, frente al nombre de Jacques Offenbach, se lee: "Eliminado de los registros el 2 de diciembre de 1834, a petición propia".
El año anterior, el cellista de catorce años llamado Jakob, junto a su hermano violinista Julius de dieciocho, habían logrado su ingreso al Conservatorio luego de que su director, Luigi Cherubini –quien varios años atrás había rechazado a Franz Liszt porque tenía doce años y era húngaro– celebrara las habilidades de ambos e hiciera la vista gorda ante su edad y origen alemán. En retribución, Julius pasó a llamarse Jules, y desde entonces Jakob se llamó Jacques.

Jacques Offenbach, c. 1860
(1819 - 1880)
El joven Jacques Offenbach, cellista
Jules se graduó y llegó a ser un excelente profesor de violín y director. Jacques se aburrió al año, como ya se señaló. Pero se sintió libre, para componer, aunque un biógrafo poco delicado apunta que "también se sintió libre para morirse de hambre". Por fortuna la situación nunca llegó a esos extremos. Entre 1835 y 1855 Jacques Offenbach se ganó la vida como cellista, logrando incluso alguna fama internacional, también como director.

Los cuentos de Hoffmann
Pero su norte era la composición de operetas, y en 1855 inauguró su propio teatro para montar allí las obras que a raudales salían de su magín. Cerca de cien operetas escribió Offenbach en toda su vida. La última, con la que pretendía franquear el límite entre la opereta y la ópera, lo mantuvo ocupado durante dos años pero no alcanzó a verla representada. La ópera en tres actos Los cuentos de Hoffmann se estrenó el 10 de febrero de 1881 en la Opéra-Comique de París. Offenbach había muerto en octubre del año anterior.

La barcarola
La obra continúa siendo un estándar del repertorio operístico mundial, aun en el siglo XXI, pero el aria que logró ir más allá de los escenarios tradicionales es, por lejos, la Barcarola, para soprano y mezzo, que se interpreta en el Acto III.
La pieza ha incursionado en el cine: Titanic, y La vida es bella la incorporan en su banda sonora. Pero el pionero fue Elvis Presley, que usó la melodía para cantarnos Tonight is so right for love en la película de 1960, G.I. Blues.

La versión es de la soprano rusa Anna Netrebko y la mezzo letona Elina Garança, acompañadas de orquesta y coros.



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