El violinista y compositor barroco Arcangelo Corelli, nacido y muerto en los Estados Pontificios, hoy Italia, fue un hombre afortunado desde la cuna a la tumba. Nació en el seno de una familia rica, estudió violín con los mejores maestros y a la edad de 17 años ingresó a la Academia Filarmónica de la ciudad de Bolonia adonde se había trasladado desde su natal Fustignano. Luego viajó a Roma donde emergió como uno de los violinistas más destacados, integrándose al servicio de la reina Cristina de Suecia, que se había establecido allí luego de abdicar del trono, para fortuna de Corelli.
Los mecenas
Muerta la reina, se sucedieron los mecenas uno tras otro, sin mezquinar los salarios ni las bondades del alojamiento. Su último patrón fue el joven cardenal Pietro Ottoboni, receptor del oficio por obra y gracia de su tío el papa Alejando VIII. Ottoboni y Corelli hicieron grandes migas. Admirador de su música, Ottoboni lo favoreció con estipendios aún más generosos, lo que era del todo justo porque Corelli era ya una gran celebridad y gozaba de fama por Europa entera. No son muchos los músicos que en la historia hayan disfrutado de una relación tan lucrativa y provechosa con sus mecenas: siempre alojado en sus palacios, al final de su vida Corelli terminó rico, por lo que a su muerte se ganó una plaza en el Panteón de Roma.
Industria editorial y concerto grosso
Arcangelo Corelli (1653 - 1713) |
El concerto grosso de Corelli
El aporte de Corelli al desarrollo de la forma fue más bien cauta, sin ahondar en la explotación de sus posibilidades. En sus concerti grossi, los dos bloques en que había comenzado a escindirse el conjunto de instrumentos, concertino y ripieno, están muy equilibrados. El concertino, por supuesto, actúa como unidad llevando la melodía, por lo general muy breve; seguidamente entrará el resto de la orquesta (el ripieno) para reafirmar el material expuesto por el grupo pequeño, pero este último nunca adopta el carácter de grupo cohesionado contrapuesto al resto de la orquesta como protagonista colectivo, como sí ocurrirá más tarde, en la obra de los barrocos posteriores.
Concerti grossi del opus 6, No 8 - Concierto de Navidad
Los doce concerti del opus 6 fueron publicados póstumamente en Amsterdam en 1714. El más popular, hasta hoy, lleva el número 8. Comisionado por el cardenal Ottoboni, se ha hecho conocido como el Concierto de Navidad –lleva la inscripción "fatto per la notte di Natale". Está compuesto para un concertino de dos violines y cello que dialoga con un grupo más grande de cuerdas y bajo continuo, el ripieno.
La organización tradicional de los movimientos, en secuencia rápido-lento-rápido-lento, Corelli la puso aquí patas arriba. Así, por ejemplo, el tercer movimiento, adagio (4:17), incorpora en él un vivo pasaje allegro.
El trozo más conocido, Pastorale, es el último: 10:38 que, inusual para la época, es abordado sin pausa.
La versión es de la Orquesta Sinfónica de Galicia, dirigida por el maestro holandés Ton Kupman.
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gracias
ResponderEliminarHola. Gracias a ti. Inauguraste los comentarios en esta entrada. Saludos.
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ResponderEliminarEn 1945, la Orquesta Municipal de Barcelona, dirigida por Eduard Toldrà, actuó en mi ciudad, Vilanova i la Geltrú. El maestro Toldrà, injustamente olvidado, recibió un cálido homenaje de sus conciudadanos. Una de las obras interpretadas fue el Concerto Grosso núm. 8 de Corelli. Escuchando esta pieza, intento adivinar qué sentían aquellos espectadores a quién les tocó vivir en la sociedad gris y triste del primer franquismo y la posguerra, al oir unas notas llenas de pureza y sentimiento. En dicho concierto, Toldrá dirigió también a la que mucho más tarde sería la OBC, en la Séptima de Beethoven, Don Juan de Richard Strauss y otras obras. La música nos conecta a través del tiempo.
ResponderEliminarHola, Guillem: Hermosísima e interesante reflexión. Te lo agradecemos todos. Abrazos y saludos.
EliminarGracias a ti por tu trabajo y tu constancia en el blog.
EliminarOk. Muchas gracias... aunque últimamente he estado algo flojito... Espero mejorar...
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