Cuando Wolfgang Amadeus Mozart se instaló en Viena en 1781, ya había escrito seis conciertos para piano, además de un manojo de arreglos para piano y orquesta derivados de movimientos de otros compositores. De modo que su intención de hacerse allí un nombre como pianista y compositor no ofrecía mayores dificultades. Pero al año siguiente, casará con Constanza, y formará una familia.
Este nuevo Mozart proveedor, de veinticinco años, tendrá que alimentar esposa e hijos. De modo que al tiempo que veía crecer su reconocimiento como intérprete, la producción de conciertos, vendidos por suscripción, tuvo que aumentar sustancialmente.
Durante la temporada 1782-83 compuso tres conciertos para piano y orquesta. Al año siguiente, 1784, la demanda del público lo llevó a escribir ni más ni menos que seis, el punto más alto en su producción para el formato. En 1785 y 1786 pudo todavía escribir tres cada año. Pero después, Mozart dejó de ser el artista del año. En 1787 no escribió ninguno, y solo uno en 1788. Y ahí se detuvo, hasta un último logro a principios de 1791, el año de su muerte. Esta sencilla estadística puede parecer trivial pero creemos que resume de algún modo la trayectoria de Mozart en Viena como pianista.
Concierto No 22 en Mi bemol mayor, KV 482
El catálogo personal de Mozart (su singular "Catálogo de todas mis obras") señala el 16 de diciembre de 1785 como la fecha de término de la obra, escrita en simultaneidad con Las Bodas de Fígaro (que tendrá su estreno en mayo del año siguiente). Es el último de los tres conciertos escritos ese año. Le preceden el Concierto No 20 en Re menor y el Concierto No 21 en Do mayor, dos de sus más brillantes trabajos en el género, solicitados e interpretados con tal frecuencia que el No 22 se ha visto en los hechos, injustamente opacado. Quizá sin darse cuenta, el mismo Mozart dejó la vara muy alta para sí mismo, aunque en opinión de un estudioso "de todos sus conciertos, éste es el más grande".
Movimientos:
00:00 Allegro
13:03 Andante
21:49 Allegro
Si bien es difícil expresar una preferencia por un movimiento u otro, el Andante parece haber tocado las fibras del público en su primera audición, pues se cuenta que fue bisado. Esta primera audición habría ocurrido el 23 de diciembre de 1785. Curiosamente para nuestros días, se interpretó durante los entreactos de un oratorio de Carl von Dittersdorf, compositor austriaco.
La versión es del maestro austriaco Rudolf Buchbinder, que aquí oficia de pianista y conductor, con la Filarmónica de Viena.
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Acabo de escuchar este hermoso concierto interpretado por geza anda y la camerata mozarteum de Salzburgo. Recomiendo también laversión de Ingrid Haebler,una gran mozarteana..
ResponderEliminarHola, Sergio. ¡EL gran Geza Anda! Gracias por el dato. Y la Haebler también. Saludos y gracias por el comentario.
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