Durante treinta años, Beethoven y Franz Schubert vivieron en la misma ciudad, Viena. Se desconoce si alguna vez se encontraron. De haberlo hecho, habrían intercambiado opiniones enteramente opuestas sobre el acceso a la publicación de sus obras. Mientras el pequeño Franz va a tener dificultades con sus editores, recién iniciado el siglo el maestro proveniente de Bonn contaba en carta que "no firmo contrato con ellos [sus editores], pongo mis condiciones y ellos me pagan". Son buenos años para Beethoven, tiene treinta años, y es toda una celebridad en Viena. Y muy productivos. Además de finalizar la Primera Sinfonía, el año 1801, un annus mirabilis, escribe cuatro sonatas. A ratos siente molestias en los oídos pero nada de que preocuparse, todavía.
El grupo de cuatro sonatas incluye las renombradas Claro de Luna y Pastoral. Se inicia con la Sonata No 12, opus 26, menos conocida, la que según ciertos autores sería la última de su periodo clásico y según otros la primera de su periodo medio. De lo que no cabe duda es que el maestro está explorando nuevos territorios: la sonata tiene cuatro movimientos, se tocan sin interrupción, todos están escritos, poco habitual, en la misma tonalidad –La bemol–, y el tercer movimiento contiene una Marcha Fúnebre, al igual que la Sonata "Fúnebre" de Chopin. Y por si todo esto no sumara, ninguno de los cuatro movimientos está escrito en forma "allegro de sonata" (aquella que coge tema, lo desarrolla y luego lo recapitula) pese a que la pieza es una sonata.
Sonata No 12, opus 26, en La bemol mayor
I. Una novedad más. El habitual allegro del primer movimientos ha sido sustituido por un tema y variaciones, cinco en total. El único antecedente conocido de esta innovación se debe a W.A. Mozart, presente en la Sonata K331, la de la célebre marcha turca.
II. Luego de las variaciones, el maestro sigue la secuencia clásica habitual de movimientos rápido-lento-rápido. El segundo movimiento, entonces, es un scherzo, marcado allegro molto. Nos reencontramos aquí con un joven Beethoven, muy ágil.
III. Marcha fúnebre. El título completo dice: Marcia funebre sulla morte d'un Eroe. Como era de esperarse, bastante se ha especulado sobre ello pero Beethoven no dejó ni rastro de quién pudo haber sido aquel eroe. Muy popular entre los románticos (todavía hoy, quizá: es el movimiento que más recordamos), logró que fuera la única sonata de Beethoven que Chopin tocara en público. Su franca popularidad, además, llevó al maestro a escribir un arreglo para viento y metales, que fue interpretado en su funeral.
IV. Contra todo pronóstico, la marcha fúnebre conducirá a un brillante allegro, un movimiento breve pero impetuoso en forma ABA (tema A, tema B, tema A), con un tema B algo dramático pero nunca tan serio. La mano izquierda no descansa en sus figuraciones de movimiento perpetuo. Una sencilla coda conduce a un final en que, diminuendo tras diminuendo, el sonido pareciera evaporarse.
Con alrededor de veinte minutos, la obra está dedicada a uno de sus más fieles mecenas, el príncipe Karl von Lichnowsky.
00:00 Andante con variazoni
09:12 Scherzo. Allegro molto
11:55 Marcia funebre sulla morte d'un Eroe. Maestoso andante
18:27 Allegro
La versión es del maestro Daniel Barenboim.
Amigo visitante:
Si te ha gustado el artículo, mucho te agradecemos si lo compartes, con un cómodo clic
Excelente artículo.. Esta sonata es muy bella,a mi entender un poco desconocida..Los movimientos son bastante vivos y juveniles,y ese tercer movimiento antecede a la marcha fúnebre de la eroica.. Con respecto a versiones además de la Baremboim me gusta mucho la de Arrau y Backaus ... Saludos..
ResponderEliminarHola. Gracias. Y sí, es poco conocida. He escogido la versión de Barenboim porque confío en que no va a ser quitada de Ytube. Saludos.
Eliminar