A sus diez años, el compositor alemán Paul Lincke veía desde la ventana de su casa en el centro de Berlín, casi a diario, el desfile de tropas que marchaban al ritmo de bandas militares. Un día, simplemente, decidió participar: "Tan pronto como escuché el estruendo de la música, le anuncié a mi madre que bajaba. A saltos, gané la calle. Esperé a que los soldados se acercaran y marché con entusiasmo al ritmo firme de la música hacia la estación de Unter den Linden."
Será precisamente una marcha, Berliner Luft (Aire Berlinés), lo que permita que su nombre aparezca todavía hoy en los programas de mano de la Filarmónica de Berlín.
Considerado el fundador de la opereta berlinesa –tal como Strauss Jr lo fue para Viena, u Offenbach en París–, el compositor nació en Berlín, en noviembre de 1866. Como era de esperarse, sus primeros contactos con la música se dieron en una banda, la de la ciudad de Wittenberge, adonde le envió su madre luego de terminar la secundaria. Allí tocó el fagot, aunque también aprendió violín y piano. Pero no siguió una carrera como músico de banda. Pronto brillará como fagotista y compositor de canciones en diversos teatros de vaudeville de su ciudad natal. Más tarde, ya un músico maduro, prestará sus servicios durante dos años en el Folies Bergère, de París.
A su regreso, verá estrenada en 1899 su mayor éxito, la opereta Frau Luna (Señora Luna), que narra una singular aventura: la de un grupo de prominentes berlineses que viajan en globo aerostático a la luna. Cinco años más tarde, en 1904, estrenará un burlesque en dos actos, Berliner Luft, al que pertenece la marcha homónima, hoy el himno no oficial de Berlín, y que todos los años sirve de cierre a la presentación de la Filarmónica de Berlín en el escenario al aire libre berlinés conocido como Waldbühne.
Frau Luna experimentó una revisión en 1922. Lincke incluyó allí Berliner Luft, en versión cantada. La escuchamos en versión de 1941, con la cantante austríaca Lizzy Waldmüller.
Marcha Berliner Luft
Es costumbre que en ocasiones el director abandone el podio y tome el lugar e instrumento de alguno de los músicos. Se ha visto a Kurt Masur en los timbales. En esta oportunidad, es Gustavo Dudamel quien intercambia lugar con el primer violín.
Filarmónica de Berlín, en Waldbühne, Berlín, julio de 2017.
Amigo visitante:
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Excelente articulo, no conocía a este compositor.
ResponderEliminarGracias por compartir
Hola, Unknown: Gracias por tus palabras, y el comentario. Un saludo.
ResponderEliminarhermosa marcha y mi consulta es Porque cada vez la tocan la gente silva, pero el articulo es genial y admiro todo lo que viene de Alemania, un cordial saludo desde Iquique, Chile
ResponderEliminarHola: Sí. Una tradición simplemente, así como lo es acompañar con palmas la Marcha Radetzky. Saludos a Iquique y gracias x el comentario.
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